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2 Timoteo 4:7 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Me he esforzado, como quien pelea una buena batalla o termina una carrera. Y, al final, he mantenido la fe en Cristo.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

He peleado la buena batalla, he terminado la carrera y he permanecido fiel.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

He combatido el buen combate, he terminado mi carrera, he guardado lo que depositaron en mis manos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

He combatido el buen combate, he llegado a la meta de la carrera, he guardado la fe.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

He peleado la buena batalla, he acabado mi carrera, he guardado la fe.

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Otras versiones



2 Timoteo 4:7
22 Referencias Cruzadas  

―Dichosos más bien —respondió Jesús— los que oyen la palabra de Dios y la obedecen.


Pero la parte que cayó en buen terreno son los que oyen la palabra con corazón noble y bueno, y la retienen. Y, como no dejan de creer en ella, producen una buena cosecha.


»A los que me diste del mundo les he revelado tu nombre. Eran tuyos; tú me los diste y ellos han obedecido tu palabra.


―Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió y terminar su obra —les dijo Jesús—.


Cuando estaba completando su carrera, Juan decía: “¿Quién suponen ustedes que soy? No soy aquel. Miren, después de mí viene uno a quien no soy digno ni siquiera de desatarle las sandalias”.


Sin embargo, considero que mi vida carece de valor para mí mismo. Lo que me importa es terminar la tarea que me dio el Señor Jesús. Quiero cumplir mi misión: anunciar el mensaje de la buena noticia del inmerecido amor de Dios.


Fui porque Dios me había mostrado que debía hacerlo. Allí me reuní en privado con los que eran reconocidos como dirigentes. Entonces les expliqué el mensaje de la buena noticia, el cual predico entre los que no son judíos. Quería contarles lo que hacía, para que todo mi esfuerzo no fuera inútil.


Ustedes sufren la misma lucha que antes me vieron sufrir a mí, y ahora saben que sigo luchando.


Timoteo, tú eres como un hijo para mí. Todo esto que te pido hacer tiene que ver con las profecías que se dijeron acerca de ti. Toma en cuenta esas palabras y pelea la buena batalla,


Luchar por mantener la fe es como estar en medio de una batalla. Pelea esa buena batalla. Haz tuya la vida eterna, pues Dios te llamó para dártela. Tú atendiste ese llamado cuando dijiste que confiabas en Cristo delante de muchos testigos.


Timoteo, ¡cuida de hacer bien el trabajo que Dios te ha confiado! Evita las discusiones por cuestiones de este mundo, eso no produce nada. Son discusiones de gente que cree tener conocimiento, pero eso es mentira.


Con el poder del Espíritu Santo que vive en nosotros, cuida la preciosa enseñanza que se te ha confiado.


Tú, en cambio, has seguido paso a paso mis enseñanzas, mi manera de vivir, mi propósito y mi fe. Sabes de la paciencia que he tenido, del amor que tengo por los demás y de cómo soporto las dificultades.


Tú has obedecido mi mandato de confiar hasta el final. Por eso, yo te protegeré cuando llegue la hora de prueba que vendrá sobre el mundo entero. De esta manera serán probados los que viven en la tierra.


Conozco todo lo que haces. Mira, delante de ti he dejado abierta una puerta que nadie puede cerrar. Ya sé que tus fuerzas son pocas. Pero has obedecido mi mensaje y no has negado que me conoces.


Entonces cada uno de ellos recibió ropas blancas. Y se les dijo que esperaran un poco más. Primero tenía que completarse el número de sus compañeros de servicio. Es decir, de los creyentes que iban a sufrir la muerte como ellos.