Porque el Hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces recompensará a cada persona según lo que haya hecho.
2 Timoteo 4:1 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) Cristo Jesús vendrá como Rey para juzgar a los vivos y a los muertos. Por eso, delante de Cristo y de Dios, te doy esta importante tarea: Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, Biblia Nueva Traducción Viviente En presencia de Dios y de Cristo Jesús —quien un día juzgará a los vivos y a los muertos cuando venga para establecer su reino— te pido encarecidamente: Biblia Católica (Latinoamericana) Te ruego delante de Dios y de Cristo Jesús, juez de vivos y muertos, que ha de venir y reinar, y te digo: La Biblia Textual 3a Edicion Requiérote solemnemente en presencia de Dios y de Jesús el Mesías, destinado a juzgar a los vivos y a los muertos en su aparición y en su reino: Biblia Serafín de Ausejo 1975 Te conjuro, en presencia de Dios y de Cristo Jesús, que ha de juzgar a vivos y a muertos, en nombre de su venida y de su reino: Biblia Reina Valera Gómez (2023) Te requiero, pues, delante de Dios, y del Señor Jesucristo, que ha de juzgar a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino: |
Porque el Hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces recompensará a cada persona según lo que haya hecho.
Les dijo: «Un hombre de la nobleza se fue a un país lejano para ser coronado rey y luego regresar.
»A pesar de todo, fue nombrado rey. Cuando regresó a su país, mandó llamar a los siervos a quienes había entregado el dinero, para enterarse de lo que habían ganado.
Él nos mandó a predicar al pueblo y a anunciar que él ha sido nombrado por Dios como juez de vivos y muertos.
Él ha fijado un día en que juzgará al mundo con justicia, por medio del hombre que ha elegido. De ello ha dado pruebas a todos al levantarlo de entre los muertos».
Así sucederá el día en que, por medio de Jesucristo, Dios juzgará los secretos de toda persona. Así lo afirma el mensaje de la buena noticia, el cual yo predico.
Cuando Cristo, que les ha dado vida a ustedes, vuelva otra vez, ustedes le acompañarán y compartirán su gloria.
Entonces se presentará ese malvado, pero el Señor Jesús le quitará su poder con el soplo de su boca y lo destruirá con el glorioso brillo de su venida.
Te pido delante de Dios, de Cristo Jesús y de los ángeles elegidos a que sigas estas instrucciones sin dejarte llevar por prejuicios ni favoritismos.
Dios nos ha mostrado ese amor enviando a nuestro Salvador Cristo Jesús. Él venció a la muerte y nos mostró con su luz la vida eterna que tenemos al aceptar el mensaje de la buena noticia.
No dejes de recordarle a la gente todo esto. Diles delante de Dios que eviten las discusiones inútiles, pues no sirven nada más que para destruir a los oyentes.
El Señor me cuidará y salvará de todo mal hasta el día en que yo esté en su reino celestial. A él sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Por lo demás me espera la corona de justicia que el Señor, el juez justo, me dará en aquel día. Me la dará a mí y a todo el que con amor haya esperado su venida.
Viviremos de esa manera mientras esperamos que se cumpla la bendita promesa en la cual confiamos, es decir, la gloriosa venida de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo.
El oro, aunque no dura para siempre, se prueba por medio del fuego. Así también la fe de ustedes, que vale mucho más que el oro, tiene que pasar por el fuego de las dificultades. De esta manera se demostrará cuánto confían en Dios. Su fe recibirá entonces la aprobación de Jesucristo cuando aparezca de nuevo. Y recibirán no solo aprobación, sino gloria y honor.
Pero tendrán que rendir cuentas al que está preparado para juzgar a los vivos y a los muertos.
Así, cuando aparezca Cristo, el Pastor supremo, ustedes recibirán la corona de gloria, la cual durará para siempre.
Además, se les dará una gran bienvenida en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
Él recibió honor y gloria de parte de Dios el Padre. Lo vimos cuando desde la majestuosa gloria se le dirigió aquella voz que dijo: «Este es mi Hijo amado; estoy muy contento con él».
Y ahora, queridos hijos en la fe, sigan confiando en Cristo. Así, cuando él regrese, podremos presentarnos ante él confiadamente. Estaremos seguros de no ser avergonzados cuando él venga.
¡Miren! Cristo viene en las nubes. Todos lo verán con sus propios ojos, incluso quienes lo mataron. Todos los pueblos de la tierra llorarán por él. ¡Así será! Amén.