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2 Timoteo 1:5 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Traigo a la memoria tu fe sincera, la cual tuvieron primero tu abuela Loida y tu madre Eunice. Estoy convencido de que esa fe está en ti ahora.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Me acuerdo de tu fe sincera, pues tú tienes la misma fe de la que primero estuvieron llenas tu abuela Loida y tu madre, Eunice, y sé que esa fe sigue firme en ti.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Recuerdo tu fe sincera. Así eran tu abuela Loide y tu madre, Eunice, y estoy convencido de que la recibiste de ellas.

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La Biblia Textual 3a Edicion

teniendo vivo el recuerdo° de la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida° y en tu madre° Eunice, y he sido persuadido° de que en ti también.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Me acuerdo mucho de la sinceridad de tu fe, la misma que animó primero a tu abuela Loide y a tu madre Eunice, y estoy seguro de que también a ti.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual residió primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice; y estoy seguro que en ti también.

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Otras versiones



2 Timoteo 1:5
25 Referencias Cruzadas  

Cuando Jesús vio que Natanael se le acercaba, comentó: ―Aquí tienen a un verdadero israelita, en quien no hay falsedad.


Pablo llegó a Derbe y después a Listra. Allí se encontró con un discípulo llamado Timoteo, que era hijo de una mujer judía creyente, pero de padre griego.


El rey conoce bien estas cosas, y por eso hablo ante él con tanto atrevimiento. Estoy convencido de que conoce todo esto, porque no sucedió en un rincón secreto.


Yo, que creo en el Señor Jesús, les digo que estoy plenamente convencido de que no hay alimento impuro en sí mismo. Si algún alimento es impuro, lo es solamente para quien así lo considera.


Hay cristianos que dicen que un día tiene más importancia que otro. Pero otros dicen que todos los días son iguales. Cada uno debe estar seguro de lo que piensa.


Por mi parte, hermanos en la fe, estoy seguro de que ustedes mismos están llenos de bondad. Ustedes tienen conocimiento y están capacitados para enseñarse unos a otros.


Estaba totalmente convencido de que Dios tenía poder para cumplir lo que había prometido.


Estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes,


También lo demostramos por nuestra buena conducta, nuestro conocimiento, nuestra paciencia y bondad. Además, el Espíritu Santo está en nosotros y nuestro amor es sincero.


Debes hacer esto para que todos amen con un corazón sincero. Que su amor sea el resultado de una conciencia tranquila y de una fe honesta.


Si enseñas estas cosas a los creyentes, serás un buen servidor de Cristo Jesús. Serás un servidor que ha alimentado su mente con las verdades de la fe y de la buena enseñanza que paso a paso has seguido.


Y es por anunciar ese mensaje que ahora paso sufrimientos. Pero no me avergüenzo, porque sé en quién he creído. También estoy seguro de que Cristo tiene poder para guardar hasta el día del juicio final lo que le he confiado.


Desde tu niñez conoces las Sagradas Escrituras, que pueden darte la sabiduría necesaria para la salvación por medio de la fe en Cristo Jesús.


Todos ellos vivieron por la fe, y murieron sin haber recibido las cosas prometidas. Pero, por la fe, las vieron y saludaron de lejos. Reconocieron que aquí en la tierra estaban de paso, como si fueran extranjeros y peregrinos.


En cuanto a ustedes, queridos hermanos en la fe, estamos seguros de que les espera lo mejor, es decir, su salvación. Esto lo creemos, aunque les hayamos dicho todo lo anterior.


Ustedes han aceptado el verdadero mensaje de Dios, y por eso él los ha limpiado de pecado. Ahora aman con amor sincero a sus hermanos en la fe. Así que ámense de todo corazón los unos a los otros.