Jesús les contó a sus discípulos una parábola para mostrarles que debían orar siempre, sin desanimarse.
2 Tesalonicenses 3:13 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) Ustedes, hermanos en la fe, no se cansen de hacer el bien. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Y vosotros, hermanos, no os canséis de hacer bien. Biblia Nueva Traducción Viviente En cuanto al resto de ustedes, amados hermanos, nunca se cansen de hacer el bien. Biblia Católica (Latinoamericana) Por su parte, hermanos, no se cansen de hacer el bien. La Biblia Textual 3a Edicion Y vosotros, hermanos, no os canséis de hacer el bien. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Vosotros, hermanos, no os canséis de hacer el bien. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y vosotros, hermanos, no os canséis de hacer bien. |
Jesús les contó a sus discípulos una parábola para mostrarles que debían orar siempre, sin desanimarse.
A los que hacen el bien para recibir gloria, honor y vivir para siempre, Dios les dará vida eterna.
Y, cuando todo quede bajo su dominio, entonces el Hijo mismo se pondrá bajo el dominio de aquel que todo lo dejó bajo su autoridad. De ese modo, Dios estará en autoridad sobre todas las cosas.
Por esto, ya que por la misericordia de Dios se nos permite servirle, no nos desanimamos.
Por tanto, no nos desanimamos. Al contrario, aunque por fuera nuestro cuerpo se va gastando, por dentro nuestra fuerza se va renovando día tras día.
Esto es lo que pido en oración: que el amor de ustedes sea cada vez más grande, y que su conocimiento y sabiduría crezcan.
Por lo demás, hermanos en la fe, les rogamos, en el nombre del Señor Jesús, que sigan mejorando su manera de vivir. Así harán lo que agrada a Dios, tal como lo aprendieron de nosotros. De hecho, ya lo están haciendo.
Sin embargo, no lo traten como a un enemigo, sino llámenle la atención como a un hermano.
Así pues, piensen en aquel que soportó tanta oposición por parte de los pecadores. Si hacen esto, no se cansarán ni perderán el ánimo.
Han olvidado las palabras de aliento que Dios da a sus hijos: «Hijo mío, no desprecies la disciplina del Señor, ni te desanimes cuando te castigue.
Te has mantenido fiel, has sufrido por hablar de mí, y no te has desanimado.