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2 Pedro 1:11 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Además, se les dará una gran bienvenida en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Porque de esta manera os será otorgada amplia y generosa entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Entonces Dios les dará un gran recibimiento en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

y se les facilitará generosamente la entrada al reino eterno de nuestro Señor y Salvador, Cristo Jesús.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Porque así os será dada ampliamente la entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador, Jesús el Mesías.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Y así se os abrirán de par en par las puertas del reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Porque de esta manera os será abundantemente administrada la entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.

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Otras versiones



2 Pedro 1:11
23 Referencias Cruzadas  

»Entonces dirá el Rey a los que estén a su derecha: “Vengan ustedes, a quienes mi Padre ha bendecido; reciban su herencia, el reino preparado para ustedes desde la creación del mundo.


El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir. Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia.


No reconoces que Dios es bueno, que tiene paciencia y soporta tu mala conducta. Él está buscando que te arrepientas, pero desprecias su gran bondad.


Entonces vendrá el fin, cuando Cristo destruirá todo dominio, autoridad y poder, y le entregará el reino a Dios el Padre.


Nuestro cuerpo es como una tienda de campaña. Bien sabemos que, si esta tienda se destruye, Dios nos dará en el cielo un cuerpo mejor. Será un cuerpo parecido a un edificio, una casa eterna, no construida por manos humanas.


Alabemos a Dios, que puede hacer muchísimo más que todo lo que podamos imaginar o pedir. Y su poder puede actuar eficazmente en nosotros.


A los ricos de este mundo, mándales que no sean orgullosos ni pongan su confianza en las riquezas, que son inseguras. Diles que más bien confíen en Dios, que nos da de todo en abundancia para que lo disfrutemos.


El Señor me cuidará y salvará de todo mal hasta el día en que yo esté en su reino celestial. A él sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.


Por lo demás me espera la corona de justicia que el Señor, el juez justo, me dará en aquel día. Me la dará a mí y a todo el que con amor haya esperado su venida.


También Dios quiso demostrarles claramente a los que recibirán la promesa que su propósito no cambia. Por eso, la confirmó con un juramento.


Los saluda Simón Pedro, servidor y apóstol de Jesucristo. Dirijo esta carta a los que han confiado en Cristo de manera tan preciosa como lo hemos hecho nosotros. Esa confianza nos la ha dado nuestro Dios y Salvador Jesucristo, quien ha demostrado ser justo.


Por eso, esfuércense para que, además de creer, hagan el bien y, además de hacer el bien, conozcan mejor a Dios.


En efecto, los que han conocido a nuestro Señor y Salvador Jesucristo han escapado de la maldad del mundo. Pero, si vuelven a practicar la maldad y se dejan controlar por ella, terminarán en peores condiciones que al principio.


Más bien, sean cristianos maduros que cada día conocen mejor al Señor y Salvador Jesucristo, y que cada día disfrutan más de su amor inmerecido. ¡A él sea la gloria ahora y para siempre! Amén.


Al vencedor le daré el derecho de sentarse conmigo en mi trono. Así como también yo vencí y me senté con mi Padre en su trono.


Hiciste que ellos fueran un reino y nombraste sacerdotes al servicio de nuestro Dios. Todos ellos reinarán sobre la tierra».