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2 Juan 1:5 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Y ahora, hermanos en la fe, les ruego que nos amemos los unos a los otros. Y no es que les esté escribiendo un mandamiento nuevo. En realidad, es el mandamiento que hemos recibido desde el principio.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Y ahora te ruego, señora, no como escribiéndote un nuevo mandamiento, sino el que hemos tenido desde el principio, que nos amemos unos a otros.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Les escribo para recordarles, queridos amigos, que nos amemos unos a otros. Este mandamiento no es nuevo, sino que lo hemos tenido desde el principio.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Y ahora te ruego, señora -aunque no te escribo un mandamiento nuevo, sino el que tenemos desde el comienzo-, que nos amemos unos a otros.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y ahora te ruego, oh señora, no como escribiéndote un mandamiento nuevo, sino el que teníamos desde un principio: que nos amemos unos a otros.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Y ahora te ruego, señora, no como quien escribe un mandamiento nuevo, sino el que teníamos desde el principio: que nos amemos unos a otros.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y ahora te ruego, señora, no como escribiéndote un mandamiento nuevo, sino aquel que hemos tenido desde el principio, que nos amemos unos a otros.

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Otras versiones



2 Juan 1:5
17 Referencias Cruzadas  

Este es el mensaje que han oído desde el principio: que nos amemos los unos a los otros.


En cuanto al amor entre hermanos en la fe, no necesitan que les escribamos, porque Dios mismo les ha enseñado a amarse unos a otros.


Y este es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros, como yo los he amado.


Y este es su mandamiento: que creamos en su Hijo Jesucristo y nos amemos los unos a los otros, tal como él lo ha ordenado.


Si alguien afirma: «Yo amo a Dios», pero odia a su hermano en la fe, es un mentiroso. Pues el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar a Dios, a quien no ha visto.


Sobre todo, ámense los unos a los otros profundamente, porque el amor perdona gran cantidad de pecados.


A esa entrega, agreguen afecto por los hermanos en la fe, y a eso agreguen el amor.


Sigan amándose unos a otros como hermanos en Cristo.


Amen a los demás así como Cristo nos amó y murió por nosotros. Su sacrificio fue para Dios como ofrenda de olor agradable.


En cambio, los que viven guiados por el Espíritu muestran amor por los demás, son alegres y tienen paz. El Espíritu los hace tener paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad,


Este es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros.


Los saluda Juan, el líder de la iglesia. Esta carta va dirigida a todos ustedes, los que forman parte de la iglesia y a quienes Dios ha elegido como hijos e hijas. Los amo de verdad. Pero no solo yo los amo, sino todos los que han conocido la verdad.