2 Corintios 7:9 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) Sin embargo, ahora me alegro, no porque se hayan entristecido, sino porque su tristeza los llevó al arrepentimiento. Pero esa tristeza es parte del plan de Dios, y por eso no les hemos causado ningún mal al enviarla. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Ahora me gozo, no porque hayáis sido contristados, sino porque fuisteis contristados para arrepentimiento; porque habéis sido contristados según Dios, para que ninguna pérdida padecieseis por nuestra parte. Biblia Nueva Traducción Viviente Ahora me alegro de haberla enviado, no porque los haya lastimado, sino porque el dolor hizo que se arrepintieran y cambiaran su conducta. Fue la clase de tristeza que Dios quiere que su pueblo tenga, de modo que no les hicimos daño de ninguna manera. Biblia Católica (Latinoamericana) ahora me alegro, no por su tristeza, sino porque esa tristeza los llevó al arrepentimiento. Esa tristeza venía de Dios, de manera que ningún mal les sobrevino por causa nuestra. La Biblia Textual 3a Edicion ahora me regocijo, no porque fuisteis contristados, sino porque fuisteis contristados para arrepentimiento. Porque fuisteis contristados según Dios, para que en nada sufrierais pérdida por causa de nosotros. Biblia Serafín de Ausejo 1975 ahora me alegro, no porque os entristecisteis, sino porque esa tristeza provocó vuestra conversión. Porque os entristecisteis según Dios, de modo que no sufristeis ningún daño por nuestra parte. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Ahora me gozo, no porque hayáis sido contristados, sino porque fuisteis contristados para arrepentimiento; porque habéis sido contristados según Dios, para que ninguna pérdida padecieseis por nosotros. |
Les digo que así mismo se alegran los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente.
Pero teníamos que hacer fiesta y alegrarnos, porque este hermano tuyo estaba como muerto, pero ahora ha vuelto a la vida. Se había perdido, pero ya lo hemos encontrado”».
Les digo que así es también en el cielo: habrá más alegría por un solo pecador que se arrepienta que por noventa y nueve justos que no necesitan arrepentirse.
A judíos y a griegos les he dicho que se arrepientan ante Dios y que crean en nuestro Señor Jesús.
Para nosotros, es motivo de satisfacción el saber que no hemos hecho nada malo. Nos hemos comportado en el mundo, y especialmente entre ustedes, con la honestidad y sinceridad que vienen de Dios. Y lo hemos logrado gracias al amor inmerecido de Dios, y no gracias a nuestra sabiduría humana.
Para estos últimos somos olor de muerte que los lleva a la muerte. Para los primeros, olor de vida que los lleva a la vida. ¿Y quién es capaz de semejante tarea?
Aunque mi carta los llenó de tristeza, no me arrepiento de haberla enviado. Es verdad que antes lamenté haberla enviado, porque me di cuenta de que por un tiempo los había entristecido.