Ustedes pensarán que no los amo al decirles esto. ¡Pero Dios sabe que los amo!
2 Corintios 7:3 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) No digo esto para criticarlos. Ya les he dicho que ustedes ocupan un lugar especial en nuestro corazón y que con ustedes viviríamos o moriríamos. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 No lo digo para condenaros; pues ya he dicho antes que estáis en nuestro corazón, para morir y para vivir juntamente. Biblia Nueva Traducción Viviente No les digo esto para condenarlos. Ya les dije antes que ustedes están en nuestro corazón y que vivimos o morimos junto con ustedes. Biblia Católica (Latinoamericana) No les estoy acusando; ya les dije que los llevamos en nuestro corazón, para vivir unidos y morir juntos. La Biblia Textual 3a Edicion No os lo digo para condenación, porque ya he dicho que estáis en nuestros corazones° para morir y para vivir juntamente. Biblia Serafín de Ausejo 1975 No lo digo en tono de condena, pues os he declarado antes que estáis juntos en nuestros corazones en la vida y en la muerte. Biblia Reina Valera Gómez (2023) No lo digo para condenaros; porque ya he dicho antes, que estáis en nuestros corazones, para morir y para vivir juntamente. |
Ustedes pensarán que no los amo al decirles esto. ¡Pero Dios sabe que los amo!
Así que de buena gana gastaré todo lo que tengo, y hasta yo mismo me desgastaré del todo por ustedes. Si los amo tanto, ¿me amarán ustedes menos?
Por eso les escribo todo esto en mi ausencia, para que cuando vaya no tenga que ser estricto en el uso de mi autoridad. El Señor me ha dado esa autoridad para fortalecer su fe, no para destruirla.
Pues lo que Cristo ha hecho en sus vidas todos lo pueden ver, y saben que fue gracias al mensaje que nosotros les anunciamos. Así que ustedes son nuestra carta de recomendación, escrita en nuestro corazón.
Así que, a pesar de que les escribí, no fue por causa del ofensor ni del ofendido. Más bien fue para que delante de Dios se dieran cuenta por ustedes mismos de cuánto interés tienen en nosotros.
Y está bien que yo piense así de todos ustedes porque los llevo en el corazón. Dios me dio el inmerecido privilegio de anunciar la buena noticia, y ustedes me han ayudado a hacerlo. Lo han hecho mientras he estado en la cárcel o he tenido que defender y confirmar la buena noticia.
Nosotros les tenemos un gran cariño, y nos da alegría compartir con ustedes no solo la buena noticia de Dios, sino también nuestra vida. ¡Tanto llegamos a quererlos!