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2 Corintios 6:11 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Hermanos de Corinto, les hemos hablado con toda franqueza. Les hemos abierto de par en par nuestro corazón.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Nuestra boca se ha abierto a vosotros, oh corintios; nuestro corazón se ha ensanchado.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

¡Oh, queridos amigos corintios!, les hemos hablado con toda sinceridad y nuestro corazón está abierto a ustedes.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Corintios, les hablo con franqueza; les abro mi corazón.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Nuestra boca os está abierta, oh corintios, nuestro corazón se ha ensanchado.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Os hemos hablado con toda franqueza, corintios, y se nos ha ensanchado el corazón.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Nuestra boca está abierta a vosotros, oh corintios; nuestro corazón se ha ensanchado.

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Otras versiones



2 Corintios 6:11
20 Referencias Cruzadas  

Después de esto, Pablo se marchó de Atenas y se fue a Corinto.


Crispo, el jefe de la sinagoga, creyó en el Señor con toda su familia. También creyeron y fueron bautizados muchos de los corintios que oyeron a Pablo.


Así que de buena gana gastaré todo lo que tengo, y hasta yo mismo me desgastaré del todo por ustedes. Si los amo tanto, ¿me amarán ustedes menos?


Les escribí con gran tristeza y preocupación, y hasta lloré. No lo hice para ponerlos tristes, sino para que se dieran cuenta de lo mucho que los amo.


¡Gálatas tontos! ¿Quién los ha embrujado? A ustedes se les ha enseñado con claridad la razón por la que Jesucristo fue crucificado.


Hermanos en la fe, les ruego que vivan como yo, así como yo decidí ser como ustedes: libre de la Ley. No lo digo porque me hayan ofendido en algo.


Oren también por mí para que, cuando hable, Dios me dé las palabras para dar a conocer con valor la buena noticia que Dios tenía en secreto.


Pues deben saber que el Señor recompensará a cada uno por el bien que haya hecho, sea esclavo o sea libre.


Dios es testigo de cuánto los quiero a todos con el profundo amor de Cristo Jesús.


Y ustedes mismos, filipenses, saben que así es. Pues en el principio de la predicación de la buena noticia, cuando salí de Macedonia, ninguna iglesia me ayudó. Solo ustedes fueron parte de la bendición de dar y recibir.


«¡Miren que vengo pronto! Traigo conmigo la recompensa, y premiaré a cada uno según lo que haya hecho.