La Biblia Online

Anuncios


Toda la Biblia A.T. N.T.




2 Corintios 12:12 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Cuando estuve entre ustedes tuve mucha paciencia y me vieron hacer cosas sorprendentes, maravillas y milagros. Todo eso demuestra que soy un apóstol.

Ver Capítulo
Mostrar Biblia Interlineal

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Con todo, las señales de apóstol han sido hechas entre vosotros en toda paciencia, por señales, prodigios y milagros.

Ver Capítulo

Biblia Nueva Traducción Viviente

Cuando estuve con ustedes les di pruebas de que soy un apóstol. Pues con paciencia hice muchas señales, maravillas y milagros entre ustedes.

Ver Capítulo

Biblia Católica (Latinoamericana)

Cuando estuve entre ustedes, les hice ver todas las señales del verdadero apóstol: paciencia a toda prueba, señales, milagros y prodigios.

Ver Capítulo

La Biblia Textual 3a Edicion

En verdad, las señales de apóstol fueron hechas entre vosotros con toda paciencia, con milagros y prodigios, y con poderes sobrenaturales.

Ver Capítulo

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Ante vosotros mismos se cumplieron las señales propias del apóstol: la constancia a toda prueba, las señales, los prodigios, los milagros.

Ver Capítulo

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Ciertamente las señales de apóstol han sido hechas entre vosotros en toda paciencia, en señales, y en maravillas y prodigios.

Ver Capítulo
Otras versiones



2 Corintios 12:12
9 Referencias Cruzadas  

―Ustedes nunca van a creer si no ven señales milagrosas y maravillas —le dijo Jesús.


Doy gracias a Dios porque hablo en lenguas extrañas más que todos ustedes.


Sé que alguien les ha predicado a un Jesús diferente del que les hemos predicado nosotros. Sé que les han hablado de un espíritu y un mensaje de salvación diferente de lo que ya recibieron. Y ustedes han recibido a esas personas con gusto.


Quizás yo no hable en público tan bien como ellos, pero tengo más conocimiento. Y lo hemos demostrado de una y mil maneras.


No hacemos nada a escondidas, y por eso no sentimos vergüenza de nada. Anunciamos el mensaje de Dios sin cambiarlo en nada y a nadie engañamos. Al contrario, predicamos la verdad con claridad, y por eso la gente confía en nosotros. Dios es testigo de todo esto.