Así también ustedes, cuando hayan hecho todo lo que se les ha mandado, deben decir: “Somos siervos inútiles; no hemos hecho más que cumplir con nuestro deber”».
2 Corintios 12:11 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) Me he portado como un loco, pero ustedes me han obligado a ello. Ustedes debían hablar bien de mí, pues de ningún modo soy inferior a los tales «superapóstoles», aunque yo no soy nada. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Me he hecho un necio al gloriarme; vosotros me obligasteis a ello, pues yo debía ser alabado por vosotros; porque en nada he sido menos que aquellos grandes apóstoles, aunque nada soy. Biblia Nueva Traducción Viviente Ustedes hicieron que me comportara como un necio. Deberían estar escribiendo elogios acerca de mí, porque no soy de ninguna manera inferior a esos «superapóstoles», aun cuando no soy nada en absoluto. Biblia Católica (Latinoamericana) He dicho tonterías, pero ustedes me obligaron. Ustedes debían haber hecho mis elogios, pues en nada me ganan los superapóstoles, aunque nada soy. La Biblia Textual 3a Edicion Me he hecho insensato;° vosotros me forzasteis; pues yo debía ser alabado por vosotros, porque en nada fui menos que aquellos grandes apóstoles,° aunque nada soy. Biblia Serafín de Ausejo 1975 He hecho el insensato. Vosotros me obligasteis. Erais vosotros quienes deberíais recomendarme, porque, aunque no soy nada, nada desmerezco frente a esos superapóstoles. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Me he hecho un necio al gloriarme; vosotros me obligasteis; pues yo debía ser alabado por vosotros; porque en nada soy menos que aquellos grandes apóstoles, aunque nada soy. |
Así también ustedes, cuando hayan hecho todo lo que se les ha mandado, deben decir: “Somos siervos inútiles; no hemos hecho más que cumplir con nuestro deber”».
Si tuviera el don de comunicar mensajes de parte de Dios y entendiera todos los planes secretos de Dios y tuviera todo conocimiento, y si tuviera una fe que logra mover montañas, pero me falta el amor, no soy nada.
Ya sea Pablo, o Apolos, o Pedro, o el mundo, o la vida, o la muerte, o el presente o el futuro, todo es de ustedes.
Si sufrimos, es para que ustedes tengan consuelo y salvación. También, si somos consolados, es para que ustedes tengan consuelo. Ese consuelo los ayudará a soportar con paciencia los mismos sufrimientos que nosotros pasamos.
Pero considero que en nada soy inferior a esos que se creen «superapóstoles».
Cuando estuve entre ustedes tuve mucha paciencia y me vieron hacer cosas sorprendentes, maravillas y milagros. Todo eso demuestra que soy un apóstol.
Sin embargo, no sería una locura si decidiera sentirme orgulloso, porque estaría diciendo la verdad. Pero no lo hago, para que nadie suponga que soy más de lo que aparento o de lo que digo.
¿Acaso comenzamos otra vez a recomendarnos a nosotros mismos? ¿O acaso tenemos que presentarles o pedirles a ustedes cartas de recomendación, como hacen algunos? No es necesario.
Si estamos locos, es porque amamos a Dios; y, si estamos cuerdos, es por ayudarlos a ustedes.
Si alguien cree ser importante, cuando en realidad no lo es, se engaña a sí mismo.
Yo soy el más insignificante de todos los creyentes. Sin embargo, recibí este privilegio inmerecido de predicar a las naciones acerca de las incontables bendiciones que Cristo nos puede dar.