La Biblia Online

Anuncios


Toda la Biblia A.T. N.T.




2 Corintios 11:22 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

¿Son ellos hebreos? Pues yo también. ¿Son israelitas? También yo lo soy. ¿Son descendientes de Abraham? Yo también.

Ver Capítulo
Mostrar Biblia Interlineal

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

¿Son hebreos? Yo también. ¿Son israelitas? Yo también. ¿Son descendientes de Abraham? También yo.

Ver Capítulo

Biblia Nueva Traducción Viviente

¿Son ellos hebreos? Yo también lo soy. ¿Son israelitas? También lo soy yo. ¿Son descendientes de Abraham? También yo.

Ver Capítulo

Biblia Católica (Latinoamericana)

¿Son hebreos? También yo lo soy. ¿Son israelitas? También yo. ¿Son descendientes de Abrahán? También yo. ¿Son ministros de Cristo?

Ver Capítulo

La Biblia Textual 3a Edicion

¿Son hebreos? Yo también. ¿Son israelitas? Yo también. ¿Son descendencia de Abraham? Yo también.

Ver Capítulo

Biblia Serafín de Ausejo 1975

¿Son hebreos? También yo. ¿Son israelitas? También yo. ¿Son del linaje de Abrahán? También yo.

Ver Capítulo

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

¿Son hebreos? Yo también. ¿Son israelitas? Yo también. ¿Son simiente de Abraham? También yo.

Ver Capítulo
Otras versiones



2 Corintios 11:22
17 Referencias Cruzadas  

No piensen que podrán decir: “Somos descendientes de Abraham”. Pues les digo que Dios puede convertir estas piedras en descendientes de Abraham.


«Yo soy judío, nacido en Tarso de Cilicia, pero criado en esta ciudad. Aprendí a obedecer la Ley de nuestros antepasados bajo la dirección del maestro Gamaliel. Me esforcé mucho por servir a Dios, como cualquiera de ustedes lo hace hoy día.


En aquellos días, al aumentar la cantidad de los discípulos, se quejaron los que hablaban griego contra los que hablaban hebreo. Decían que sus viudas eran desatendidas en la distribución diaria de los alimentos.


Por lo tanto, pregunto: ¿Acaso rechazó Dios a su pueblo? ¡De ninguna manera! Yo mismo soy israelita, descendiente de Abraham, de la tribu de Benjamín.


Dios adoptó como hijos a los israelitas, y a ellos les mostró su gloria. Con ellos hizo pactos y les entregó la Ley. Les dio además promesas y el privilegio de adorarlo.


Ahora bien, las promesas se les hicieron a Abraham y a su hijo. La Escritura no dice: «y a los descendientes», como refiriéndose a muchos, sino: «y a tu descendencia», dando a entender uno solo. Esa era una clara referencia a Cristo.


Pues fui circuncidado al octavo día de haber nacido, y soy del pueblo de Israel, de la tribu de Benjamín. Me considero más hebreo que cualquier hebreo y, si de cumplir la Ley se trata, fui fariseo.