Por seguir a Cristo, nos consideran unos tontos. A ustedes, en cambio, por seguir a Cristo, los consideran sabios. Los débiles somos nosotros; los fuertes son ustedes. A ustedes se les estima; a nosotros se nos desprecia.
2 Corintios 11:18 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) Ya que muchos en este mundo se sienten orgullosos de sus logros, yo también lo haré. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Puesto que muchos se glorían según la carne, también yo me gloriaré; Biblia Nueva Traducción Viviente Ya que otros se jactan de sus logros humanos, yo también lo haré. Biblia Católica (Latinoamericana) Por eso, si tanta gente hace valer sus méritos en forma tan humana, yo también lo haré. La Biblia Textual 3a Edicion Puesto que muchos se glorían en la carne, yo también me gloriaré, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Ya que muchos se jactan de lo humano, también yo me jactaré. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Puesto que muchos se glorían según la carne, también yo me gloriaré. |
Por seguir a Cristo, nos consideran unos tontos. A ustedes, en cambio, por seguir a Cristo, los consideran sabios. Los débiles somos nosotros; los fuertes son ustedes. A ustedes se les estima; a nosotros se nos desprecia.
Esta decisión no la tomé sin pensarlo bien. Cuando hago mis planes no los hago como los hacen en el mundo. Cuando digo «sí» es sí, y cuando digo «no», es no.
Algunos buscan la oportunidad para decir con orgullo que son apóstoles como nosotros. Por eso seguiré predicándoles sin recibir dinero a cambio, para que no tengan una excusa.
Me veo obligado a hablar bien de mí mismo, aunque nada se gane con ello. Les contaré de las visiones y revelaciones que el Señor me ha dado.
Me he portado como un loco, pero ustedes me han obligado a ello. Ustedes debían hablar bien de mí, pues de ningún modo soy inferior a los tales «superapóstoles», aunque yo no soy nada.
Pero él me dijo: «Mi amor es todo lo que tú necesitas, porque mi poder se hace más presente en tu debilidad». Por lo tanto, prefiero sentirme orgulloso de mis debilidades para que permanezca sobre mí el poder de Cristo.
Así que de ahora en adelante no valoramos a nadie siguiendo criterios humanos. Antes valorábamos a Cristo de esa manera, pero ya no lo hacemos así.
Pues las Escrituras dicen: «Toda persona es como la hierba, y toda su gloria es como la flor del campo. La hierba se seca y la flor se cae,