Él les dijo: «Ustedes se hacen los buenos ante la gente, pero Dios conoce sus corazones. Dense cuenta de que aquello que la gente tiene en gran estima es detestable delante de Dios.
2 Corintios 10:18 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) Pues el que habla bien de sí mismo no hace bien. Pero quien busca la aprobación del Señor hace bien. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 porque no es aprobado el que se alaba a sí mismo, sino aquel a quien Dios alaba. Biblia Nueva Traducción Viviente Cuando la gente se alaba a sí misma, ese elogio no sirve de mucho. Lo importante es que los elogios provengan del Señor. Biblia Católica (Latinoamericana) Pues no queda aprobado el que se recomienda a sí mismo, sino aquel a quien le recomienda el Señor. La Biblia Textual 3a Edicion Pues no es aprobado aquel que se alaba a sí mismo, sino aquel a quien el Señor alaba. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pues no es aceptado el que se recomienda a sí mismo, sino aquel a quien el Señor recomienda. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Porque no el que se alaba a sí mismo, es aprobado; sino el que el Señor alaba. |
Él les dijo: «Ustedes se hacen los buenos ante la gente, pero Dios conoce sus corazones. Dense cuenta de que aquello que la gente tiene en gran estima es detestable delante de Dios.
»Israelitas, escuchen esto: Jesús de Nazaret fue un hombre aprobado por Dios ante ustedes con milagros, señales y maravillas. Todo esto lo hizo Dios entre ustedes por medio de él, como bien lo saben.
Si de esta manera sirven a Cristo, entonces Dios estará contento y la gente hablará bien de ustedes.
Saluden a Apeles, que ha dado tantas pruebas de su fe en Cristo. Saluden a los de la familia de Aristóbulo.
El verdadero judío es judío de corazón; y la verdadera circuncisión es la que realiza el Espíritu, no el mandamiento escrito. El verdadero judío es alabado por Dios, no por la gente.
Sin duda, estas divisiones se dan entre ustedes para que así se demuestre quiénes en verdad cuentan con la aprobación de Dios.
Por lo tanto, no juzguen a nadie antes de tiempo. Esperen hasta que venga el Señor. Él sacará a la luz lo que está oculto en la oscuridad y pondrá al descubierto las intenciones de cada corazón. Entonces cada uno recibirá de Dios la alabanza que le corresponda.
No nos atrevemos a decir que somos iguales a los que hablan bien de sí mismos. Compararse con otros y decir que uno es bueno o mejor es una tontería.
Le pedimos a Dios en oración que ustedes no hagan nada malo. Y no lo pedimos para demostrar nuestro éxito, sino para que hagan lo bueno, aunque parezca que nosotros hemos fracasado.
¿Acaso comenzamos otra vez a recomendarnos a nosotros mismos? ¿O acaso tenemos que presentarles o pedirles a ustedes cartas de recomendación, como hacen algunos? No es necesario.
No queremos hablar bien de nosotros mismos ante ustedes, sino darles una oportunidad de sentirse orgullosos de nosotros. Así sabrán cómo responder a los que se dejan llevar por las apariencias y no por lo que hay dentro del corazón.
Más bien, en todo y con mucha paciencia, demostramos que somos servidores de Dios. Pues con paciencia soportamos los sufrimientos, las necesidades y las dificultades.
Esfuérzate por presentarte ante Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse y que enseña correctamente el verdadero mensaje.
El oro, aunque no dura para siempre, se prueba por medio del fuego. Así también la fe de ustedes, que vale mucho más que el oro, tiene que pasar por el fuego de las dificultades. De esta manera se demostrará cuánto confían en Dios. Su fe recibirá entonces la aprobación de Jesucristo cuando aparezca de nuevo. Y recibirán no solo aprobación, sino gloria y honor.