Pues Cristo no me envió a bautizar, sino a predicar el mensaje de la buena noticia. Eso hago sin discursos de sabiduría humana, para que lo que Cristo hizo en la cruz no perdiera su poder.
2 Corintios 10:10 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) Hay algunos que dicen: «Sus cartas son duras y fuertes, pero él en persona no impresiona a nadie, y como predicador es un fracaso». Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Porque a la verdad, dicen, las cartas son duras y fuertes; mas la presencia corporal débil, y la palabra menospreciable. Biblia Nueva Traducción Viviente Pues algunos dicen: «Las cartas de Pablo son exigentes y fuertes, ¡pero él en persona es débil y sus discursos no valen nada!». Biblia Católica (Latinoamericana) Las cartas son duras y fuertes, dicen algunos, pero tiene poca presencia y es un pobre orador. La Biblia Textual 3a Edicion Pues las epístolas, dicen, son pesadas y fuertes, pero la presencia corporal, débil, y la palabra despreciable. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Porque alguien dice: 'Las cartas son duras y fuertes; pero su presencia corporal es poca cosa y su palabra despreciable'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Porque a la verdad, dicen: Sus cartas son gravosas y fuertes; mas su presencia corporal es débil, y su palabra es menospreciable. |
Pues Cristo no me envió a bautizar, sino a predicar el mensaje de la buena noticia. Eso hago sin discursos de sabiduría humana, para que lo que Cristo hizo en la cruz no perdiera su poder.
Quizás yo no hable en público tan bien como ellos, pero tengo más conocimiento. Y lo hemos demostrado de una y mil maneras.
Yo, Pablo, por la ternura y la bondad de Cristo, les hago un ruego. Algunos dicen que soy tímido cuando me encuentro cara a cara con ustedes, pero muy valiente cuando estoy lejos.
Dios es sabio, y por eso no quiso que el mundo lo conociera mediante la sabiduría humana. En cambio, decidió salvar a los que creen, por medio de la predicación de un mensaje que parece locura.
Tales personas deben darse cuenta de que soy duro en mis cartas y también en persona.
¡Confieso con vergüenza que hemos sido demasiado suaves con ustedes! Si alguien se atreve a sentirse orgulloso, también yo me atrevo a hacerlo, aunque sea una locura decirlo.
Ya que están exigiendo una prueba de que Cristo habla por medio de mí, se la voy a dar. Cristo no es débil en su trato con ustedes, sino que les muestra su poder.