La Biblia Online

Anuncios


Toda la Biblia A.T. N.T.




2 Corintios 1:3 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Alabado sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo. Él es un Padre amoroso que siempre nos consuela

Ver Capítulo
Mostrar Biblia Interlineal

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación,

Ver Capítulo

Biblia Nueva Traducción Viviente

Toda la alabanza sea para Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo. Dios es nuestro Padre misericordioso y la fuente de todo consuelo.

Ver Capítulo

Biblia Católica (Latinoamericana)

Bendito sea Dios, Padre de Cristo Jesús, nuestro Señor, Padre lleno de ternura, Dios del que viene todo consuelo.

Ver Capítulo

La Biblia Textual 3a Edicion

Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesús, el Mesías, Padre de las misericordias y Dios de toda consolación,°

Ver Capítulo

Biblia Serafín de Ausejo 1975

¡Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de las misericordias y Dios de todo consuelo!

Ver Capítulo

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de misericordias, y el Dios de toda consolación,

Ver Capítulo
Otras versiones



2 Corintios 1:3
26 Referencias Cruzadas  

Jesús le dijo: ―No me detengas, porque todavía no he vuelto al Padre. Ve más bien a mis hermanos y diles: “Vuelvo a mi Padre, que es Padre de ustedes; a mi Dios, que es Dios de ustedes”.


El Dios y Padre del Señor Jesús, quien merece ser siempre alabado, sabe que no miento.


Pero Dios, que consuela a los tristes, nos consoló con la llegada de Tito.


Le pido al Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre glorioso, que les dé su Espíritu. Así tendrán la sabiduría y el entendimiento necesarios para conocerlo mejor.


Alabado sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, pues nos ha dado en los cielos toda clase de bendiciones espirituales. Y eso ha sido posible gracias a Cristo.


y todos confiesen que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.


Siempre que oramos por ustedes, damos gracias a Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo.


¡Alabado sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo! Por su gran misericordia, nos ha hecho nuevas personas y nos ha dado seguridad de que recibiremos sus promesas. Es como si nos hubiera hecho nacer de nuevo, y eso lo hizo por medio de la resurrección de Jesucristo.


Me alegré muchísimo al saber que algunos de ustedes, que son parte de la iglesia, siguen viviendo de acuerdo a la verdad que se les ha enseñado. Así es como Dios el Padre nos ha ordenado vivir.


Todo el que se desvía de la enseñanza de Cristo y no la obedece se aleja de Dios. En cambio, el que la obedece se acerca más al Padre y al Hijo.