Y mandó que la gente se sentara sobre la hierba. Tomó los cinco panes y los dos pescados y, mirando al cielo, los bendijo. Luego partió los panes y se los dio a los discípulos, quienes los repartieron a la gente.
1 Timoteo 4:3 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) Esa gente prohíbe el matrimonio y no permite comer ciertos alimentos que Dios ha creado. No les importa que Dios haya creado esos alimentos para que los creyentes, que conocen la verdad, los coman con gratitud. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 prohibirán casarse, y mandarán abstenerse de alimentos que Dios creó para que con acción de gracias participasen de ellos los creyentes y los que han conocido la verdad. Biblia Nueva Traducción Viviente Dirán que está mal casarse y que está mal comer determinados alimentos; pero Dios creó esos alimentos para que los coman con gratitud las personas fieles que conocen la verdad. Biblia Católica (Latinoamericana) Estos prohíben el matrimonio y no permiten el uso de ciertos alimentos, a pesar de que Dios los creó para que los comamos y luego le demos gracias. Así lo hacen los creyentes que conocen la verdad. La Biblia Textual 3a Edicion que prohíben casarse y mandan abstenerse de alimentos que Dios creó para que, con acción de gracias, participen los creyentes, los que han conocido° plenamente la Verdad. Biblia Serafín de Ausejo 1975 que prohíben el matrimonio y el uso de alimentos que Dios creó para que, con acción de gracias, disfruten de ellos los creyentes y conocedores de la verdad. Biblia Reina Valera Gómez (2023) prohibirán casarse, y mandarán abstenerse de alimentos que Dios creó para que con acción de gracias participasen de ellos los creyentes que han conocido la verdad. |
Y mandó que la gente se sentara sobre la hierba. Tomó los cinco panes y los dos pescados y, mirando al cielo, los bendijo. Luego partió los panes y se los dio a los discípulos, quienes los repartieron a la gente.
Lo que contamina a una persona no es lo que entra en la boca, sino lo que sale de ella.
Tomando los siete panes y los pescados, dio gracias y los partió. Luego se los fue dando a los discípulos. Estos, a su vez, los distribuyeron a la gente.
Luego, estando con ellos a la mesa, tomó el pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio.
Sin embargo, algunas barcas de Tiberíades se acercaron al lugar. Llegaron justo adonde la gente había comido el pan luego de que el Señor diera gracias.
Dicho esto, tomó pan y dio gracias a Dios delante de todos. Luego lo partió y comenzó a comer.
Pues el reino de Dios no es cuestión de comidas o bebidas. Más bien tiene que ver con dejarse guiar por el Espíritu Santo a una vida de justicia, paz y alegría.
El que come de todo no debe menospreciar al que no come ciertas cosas. Y el que no come de todo no debe criticar al que lo hace, pues Dios lo ha aceptado.
El que le da importancia especial a cierto día lo hace para el Señor. El que come de todo come para el Señor y lo demuestra dándole gracias a Dios. El que no come, para el Señor no come, y también da gracias a Dios.
Otros de ustedes dicen: «Los alimentos son para el estómago y el estómago, para los alimentos». Así es, y Dios destruirá ambas cosas. Pero el cuerpo no fue creado para tener relaciones sexuales prohibidas, sino para servir al Señor, y al Señor le interesa lo que hacemos con nuestro cuerpo.
Pero, si te casas, no cometes ningún pecado. Y, si una joven se casa, tampoco comete pecado. Sin embargo, los que se casan tendrán que pasar por muchos problemas y yo quiero evitárselos.
Pero lo que comemos no nos acerca a Dios. No somos mejores por comer ni peores por no comer.
Así que nadie los critique a ustedes por lo que comen o beben, o por celebrar días de fiesta religiosa, o los días Sábado o de luna nueva.
Y todo lo que hagan o digan, háganlo sabiendo que representan al Señor Jesús, y den gracias a Dios el Padre por medio de él.
Porque todo lo que Dios ha creado es bueno, y nada es despreciable si se recibe con gratitud.
Por eso aconsejo a las viudas jóvenes a que se casen y tengan hijos, y a que lleven bien su hogar y no den lugar a las críticas del enemigo.
Tengan todos en alta estima el matrimonio y la fidelidad conyugal. Porque Dios juzgará a los adúlteros y a todos los que tienen relaciones sexuales prohibidas.
No hagan caso de ninguna clase de enseñanzas extrañas. Lo mejor es fortalecer el corazón con el amor inmerecido de Dios y no con reglas sobre alimentos. Esas reglas en nada ayudan a quienes las siguen.