1 Tesalonicenses 2:6 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) Tampoco hemos buscado que nos traten como a gente importante. No buscamos eso de ustedes ni de otros. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 ni buscamos gloria de los hombres; ni de vosotros, ni de otros, aunque podíamos seros carga como apóstoles de Cristo. Biblia Nueva Traducción Viviente En cuanto a elogios humanos, nunca los hemos buscado ni de ustedes ni de nadie. Biblia Católica (Latinoamericana) Tampoco buscamos que la gente nos rindiera honores, fueran ustedes u otros, La Biblia Textual 3a Edicion ni buscamos gloria de hombres; ni de vosotros ni de otros, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Jamás buscamos la gloria humana: ni la vuestra ni la de los demás. Biblia Reina Valera Gómez (2023) ni buscamos gloria de los hombres, ni de vosotros, ni de otros, aunque podíamos seros carga como apóstoles de Cristo. |
¡Cómo van ustedes a creerme, si lo que les gusta es rendirse honor unos a otros! Ustedes no buscan la gloria que viene del Dios único.
El que habla por cuenta propia busca su propia honra. En cambio, el que busca honrar al que lo envió es una persona sincera y sin maldad.
El hombre no fue creado por causa de la mujer, sino la mujer por causa del hombre.
Por eso les escribo todo esto en mi ausencia, para que cuando vaya no tenga que ser estricto en el uso de mi autoridad. El Señor me ha dado esa autoridad para fortalecer su fe, no para destruirla.
Nosotros no hablamos de nosotros mismos, sino de Jesucristo, y lo presentamos como el Señor. Somos tan solo servidores de ustedes porque obedecemos a Jesús.
¿Qué busco con esto: ganarme la aprobación de la gente o la de Dios? ¿Piensan que quiero agradar a los demás? Si yo buscara agradar a otros, no sería un servidor de Cristo.
No dejemos que el orgullo nos domine provocando peleas y envidias entre nosotros.
Ellos están circuncidados, pero ellos mismos no obedecen la Ley. Solo quieren obligarlos a circuncidarse para luego decir con orgullo que los convencieron de llevar esa marca en el cuerpo.
Recordarán, hermanos en la fe, nuestros esfuerzos y luchas para anunciarles la buena noticia de Dios. Trabajamos día y noche para que no tuvieran que apoyarnos con dinero.
Los líderes que dirigen bien los asuntos de la iglesia deben ser tratados con doble respeto, especialmente los que dedican sus esfuerzos a la predicación y a la enseñanza.