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1 Tesalonicenses 2:5 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Como saben, nunca hemos buscado que la gente nos alabe ni hemos usado excusas para obtener dinero. Dios es testigo.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Porque nunca usamos de palabras lisonjeras, como sabéis, ni encubrimos avaricia; Dios es testigo;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Como bien saben, ni una sola vez tratamos de ganarlos adulándolos. ¡Y Dios es nuestro testigo de que nunca aparentamos ser amigos de ustedes con el fin de sacarles dinero!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Nunca los halagamos con palabras bonitas, como ustedes saben; ni tampoco buscamos dinero, y esto lo sabe Dios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Porque sabéis que nunca fuimos° con palabra de adulación, ni encubrimos avaricia, Dios es testigo;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Nunca recurrimos, como bien sabéis, a la adulación ni movidos por oculta codicia. Dios es testigo de ello.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Porque nunca usamos de palabras lisonjeras, como sabéis; ni encubrimos avaricia; Dios es testigo;

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Otras versiones



1 Tesalonicenses 2:5
34 Referencias Cruzadas  

Enviaron algunos de sus discípulos junto con los herodianos, los cuales le dijeron: ―Maestro, sabemos que eres un hombre honesto y que enseñas el camino de Dios de acuerdo con la verdad. No te dejas influir por nadie porque no te fijas en las apariencias.


»¡Ay de ustedes, maestros de la Ley y fariseos, hipócritas! Les cierran a los demás el reino de los cielos, y ni entran ustedes ni dejan entrar a los que intentan hacerlo.


No he deseado ni la plata ni el oro ni la ropa de nadie.


Yo sirvo a Dios de corazón, predicando la buena noticia de su Hijo. Y Dios es testigo de que siempre me acuerdo de ustedes.


Tales individuos no sirven a Cristo nuestro Señor, solo buscan ganancias para sí mismos. Con palabras suaves y bonitas engañan a los sencillos.


Cristo es testigo de que digo la verdad. El Espíritu Santo guía mi conciencia, y por eso sé que no miento.


¿Acaso alguno de los que he enviado los ha engañado para sacarles dinero?


A diferencia de muchos, nosotros no somos de los que ven el anuncio del mensaje de Dios como un negocio. Más bien, hablamos con honestidad, con la autoridad que Cristo nos da. Dios es testigo, porque él nos envió a anunciar el mensaje.


No hacemos nada a escondidas, y por eso no sentimos vergüenza de nada. Anunciamos el mensaje de Dios sin cambiarlo en nada y a nadie engañamos. Al contrario, predicamos la verdad con claridad, y por eso la gente confía en nosotros. Dios es testigo de todo esto.


Hagan lugar para nosotros en su corazón. A nadie hemos herido, a nadie hemos aconsejado mal, de nadie nos hemos aprovechado.


Dios es testigo de que les digo la verdad.


Dios y ustedes me son testigos de que nos comportamos de manera correcta y justa con ustedes los creyentes. Ninguno nos puede acusar de algo malo.


No debe ser borracho, ni amigo del dinero, ni violento, sino amable y lleno de paz.


Los diáconos, igualmente, deben ser personas que todos respeten, sinceros, no amigos del mucho vino ni deseosos de ganar dinero con engaños.


El líder tiene la responsabilidad de cuidar el trabajo que Dios ha asignado a todos, y por eso debe ser alguien a quien nadie pueda acusar de nada malo. No debe ser orgulloso, ni enojarse con facilidad, ni borracho, ni violento, ni desear ganar dinero con engaños.


cuiden a la gente que Dios ha puesto bajo su cuidado. Cuídenla como el pastor cuida de su rebaño de ovejas. No lo hagan por obligación ni por dinero, sino con deseo de servir, como a Dios le agrada.


Hablan y enseñan con orgullo, aunque todo lo que dicen no tiene sentido. Invitan a la gente a participar de sus vicios y placeres sin control, y así engañan a los que recién se han alejado de los que viven en pecado.


Dominados por el deseo de siempre tener más, estos maestros los engañarán para sacarles dinero. Desde hace mucho tiempo su castigo está preparado y los espera su destrucción.


¡Ay de los que siguieron el ejemplo de Caín! Por ganar dinero cometieron el mismo error de Balán y murieron por ser tan rebeldes como Coré.