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1 Pedro 2:22 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

«Él no cometió ningún pecado, ni de su boca salieron mentiras».

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Él nunca pecó y jamás engañó a nadie.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

El no cometió pecado ni en su boca se encontró engaño.

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La Biblia Textual 3a Edicion

El cual no hizo pecado, ni fue hallado engaño en su boca;°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Él no cometió pecado, ni en su boca se encontró engaño alguno.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

El cual no hizo pecado; ni fue hallado engaño en su boca:

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Otras versiones



1 Pedro 2:22
16 Referencias Cruzadas  

Mientras Pilato estaba sentado en el tribunal, su esposa le envió el siguiente recado: «No te metas con ese justo, pues, por causa de él, hoy he sufrido mucho en un sueño».


―He pecado —les dijo— porque he entregado sangre inocente. ―¿Y eso a nosotros qué nos importa? —respondieron—. ¡Allá tú!


En nuestro caso, el castigo es justo. Sufrimos lo que merecen nuestros delitos. Este, en cambio, no ha hecho nada malo.


El capitán romano, al ver lo que había sucedido, alabó a Dios y dijo: ―¡Verdaderamente este hombre era justo!


Cuando Jesús vio que Natanael se le acercaba, comentó: ―Aquí tienen a un verdadero israelita, en quien no hay falsedad.


¿Quién de ustedes me puede probar que soy culpable de pecado? Si digo la verdad, ¿por qué no me creen?


Cristo no cometió pecado alguno, pero, por amor a nosotros, Dios lo trató como pecador, para declararnos justos por medio de Cristo.


Pues no tenemos un sumo sacerdote incapaz de entender nuestras debilidades. Al contrario, contamos con uno que ha sido tentado en todo de la misma manera que nosotros, pero él nunca pecó.


De igual manera, Cristo fue ofrecido en sacrificio una sola vez para quitar los pecados de muchos. Después aparecerá por segunda vez. Pero ya no vendrá para morir por el pecado de alguno, sino para traer salvación a quienes esperan su regreso.


A ustedes los considero como hijos muy queridos. Por eso les escribo estas cosas para que no pequen. Pero, si alguno peca, tenemos ante el Padre a un defensor, a Jesucristo, el Justo.


Pero ustedes saben que Jesucristo vino para quitar nuestros pecados. Y él no tiene pecado.


Ellos nunca mintieron ni hicieron lo malo.