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1 Juan 2:4 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

El que dice: «Yo conozco a Dios», pero no obedece sus mandamientos es un mentiroso y no dice la verdad.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Si alguien afirma: «Yo conozco a Dios», pero no obedece los mandamientos de Dios, es un mentiroso y no vive en la verdad;

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Si alguien dice: 'Yo lo conozco', pero no guarda sus mandatos, ése es un mentiroso y la verdad no está en él.

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La Biblia Textual 3a Edicion

El que dice: Yo lo conozco, y no guarda sus mandamientos, es mentiroso, y la verdad no está en él;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Quien dice: 'Yo lo conozco', pero no guarda sus mandamientos, es un mentiroso, y la verdad no está en él.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él;

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Otras versiones



1 Juan 2:4
13 Referencias Cruzadas  

Ustedes son de su padre, el diablo, cuyos deseos quieren cumplir. Desde el principio este ha sido un asesino. Nunca dice la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando miente, expresa su propia naturaleza, porque es un mentiroso. ¡Es el padre de la mentira!


Pues hay muchos rebeldes, charlatanes y engañadores, especialmente los que insisten en la necesidad de la circuncisión.


Dicen conocer a Dios, pero sus acciones demuestran que no es cierto. Son gente despreciable, desobediente y no es capaz de hacer nada bueno.


Si afirmamos que no hemos pecado, hacemos pasar a Dios por mentiroso y en verdad no hemos aceptado su mensaje.


No podemos afirmar que somos amigos de Dios y al mismo tiempo vivir en pecado. Es como decir que nos gusta la luz, pero vivimos en la oscuridad. En tal caso somos mentirosos y no ponemos en práctica la verdad.


Si afirmamos que no hemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y no decimos la verdad.


La prueba de que conocemos a Dios es que obedecemos sus mandamientos.


El que odia a su hermano en la fe no puede decir que está viviendo en la luz, es decir, con honestidad. El que hace esto todavía vive en la oscuridad de su pecado.


Todo el que es amigo de Jesucristo no sigue pecando. Todo el que vive pecando no lo ha visto ni lo ha conocido.


Si alguien afirma: «Yo amo a Dios», pero odia a su hermano en la fe, es un mentiroso. Pues el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar a Dios, a quien no ha visto.


Queridos hermanos en la fe, amémonos los unos a los otros, porque el amor viene de Dios. Todo el que ama es hijo de Dios y conoce a Dios.