La Biblia Online

Anuncios


Toda la Biblia A.T. N.T.




1 Corintios 6:5 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Digo esto para que les dé vergüenza. ¿Acaso no hay entre ustedes nadie lo bastante sabio como para juzgar un pleito entre creyentes?

Ver Capítulo
Mostrar Biblia Interlineal

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Para avergonzaros lo digo. ¿Pues qué, no hay entre vosotros sabio, ni aun uno, que pueda juzgar entre sus hermanos,

Ver Capítulo

Biblia Nueva Traducción Viviente

Digo esto para que se avergüencen. ¿No hay nadie en toda la iglesia con suficiente sabiduría para decidir sobre esos temas?

Ver Capítulo

Biblia Católica (Latinoamericana)

¡Qué vergüenza! ¿Así que entre ustedes no hay ni un solo entendido que pueda hacer de árbitro entre hermanos?

Ver Capítulo

La Biblia Textual 3a Edicion

Para vergüenza vuestra lo digo. Así, ¿no hay entre vosotros ningún sabio que pueda° juzgar entre sus hermanos,°

Ver Capítulo

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Para vergüenza vuestra lo digo: ¿es que no hay entre vosotros ningún entendido que pueda ser juez en un pleito entre hermanos?

Ver Capítulo

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Para vuestra vergüenza lo digo. ¿Será así, que no haya entre vosotros sabio, ni siquiera uno que pueda juzgar entre sus hermanos?

Ver Capítulo
Otras versiones



1 Corintios 6:5
12 Referencias Cruzadas  

Cierto día, se habían reunido como ciento veinte creyentes. Entonces Pedro se puso de pie en medio de ellos, y les dijo:


Entonces Ananías respondió: ―Señor, he oído decir que ese hombre ha causado mucho daño a los que creen en ti en Jerusalén.


¿No les parece lógico que es una vergüenza para el hombre dejarse crecer el cabello?


Corrijan su manera de pensar y dejen de pecar. Algunos de ustedes no conocen a Dios en verdad —para que sientan vergüenza lo digo—.


Que nadie se engañe. Si alguno de ustedes cree que lo sabe todo en este mundo, mejor piense que es un ignorante para que llegue a ser sabio de verdad.


Por seguir a Cristo, nos consideran unos tontos. A ustedes, en cambio, por seguir a Cristo, los consideran sabios. Los débiles somos nosotros; los fuertes son ustedes. A ustedes se les estima; a nosotros se nos desprecia.


No les escribo esto para avergonzarlos. Tómenlo como una advertencia de mi parte, pues los amo como si fueran hijos míos.


Si alguno de ustedes tiene un pleito con otro, ¿cómo se atreve a presentar demanda ante los que no son cristianos? ¿No debería más bien pedir ayuda a los creyentes?


Por tanto, si tienen pleitos sobre algunos asuntos, ¿por qué nombran como jueces a personas que no cuentan para nada ante la iglesia?


Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará. Pues Dios la da a todos generosamente y sin reclamar nada.