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1 Corintios 3:6 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Anunciarles el mensaje de Cristo fue como sembrar una semilla en ustedes. Luego vino Apolos y les dio enseñanza para aumentar su fe, como si echara agua a la semilla que yo sembré. Pero Dios ha sido quien los ha hecho a ustedes crecer en la fe.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Yo planté la semilla en sus corazones, y Apolos la regó, pero fue Dios quien la hizo crecer.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Yo planté, Apolo regó, pero el que hizo crecer fue Dios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Yo planté,° Apolos regó,° pero el crecimiento lo da Dios.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Yo planté, Apolo regó; pero el crecimiento lo produjo Dios.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios.

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Otras versiones



1 Corintios 3:6
29 Referencias Cruzadas  

Al oír esto, se calmaron y alabaron a Dios diciendo: ―¡Así que también a los no judíos Dios les ha dado oportunidad de arrepentirse y tener vida eterna!


Cuando llegaron, reunieron a la iglesia y le informaron de todo lo que Dios había hecho por medio de ellos. Les contaron cómo Dios había abierto la puerta de la fe a los no judíos.


Una de ellas, que se llamaba Lidia, adoraba a Dios. Era de la ciudad de Tiatira y vendía telas muy finas y costosas. Mientras escuchaba, el Señor le abrió el corazón para que respondiera al mensaje de Pablo.


Por aquel tiempo llegó a Éfeso un judío llamado Apolos, nacido en Alejandría. Era un hombre educado y convencía a la gente, pues conocía bien las Escrituras.


Mientras Apolos estaba en Corinto, Pablo recorrió las regiones montañosas y llegó a Éfeso. Allí encontró a algunos discípulos.


Después de saludarlos, Pablo les contó detalladamente lo que Dios había hecho entre los no judíos por medio de su ministerio.


Por eso no me atrevo a hablar de otra cosa que no sea lo que Cristo ha hecho por medio de mí. Hablaré de lo que él hizo para que los no judíos lleguen a obedecer a Dios. Lo he hecho por medio de mis palabras y de las cosas que hago.


Me refiero a que unos dicen: «Yo soy seguidor de Pablo»; otros afirman: «Yo sigo a Apolos»; otros: «Yo, a Pedro»; y aún otros: «Yo, a Cristo».


Pero gracias a él ustedes están unidos a Cristo Jesús, y esa unión los hizo sabios. Porque quien está unido a Cristo es declarado justo, es parte del pueblo de Dios y es liberado del pecado.


Ya sea Pablo, o Apolos, o Pedro, o el mundo, o la vida, o la muerte, o el presente o el futuro, todo es de ustedes.


Así que no cuenta ni el que siembra ni el que riega, sino solo Dios, quien es el que hace crecer.


¿No soy libre? ¿No soy apóstol? ¿No he visto a Jesús nuestro Señor? ¿No son ustedes el fruto de mi trabajo para el Señor?


Le pido además que los llene de fe, para que Cristo viva en sus corazones. Que así como un árbol de raíces profundas se mantiene firme, ustedes se mantengan confiando firmemente en el amor de Dios.


Pues nuestra buena noticia les llegó no solo con palabras, sino también con demostraciones de poder. Es decir, vieron cómo actúa el Espíritu Santo por medio de nosotros y eso los convenció profundamente. Como bien saben, estuvimos entre ustedes solo para su bien.