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1 Corintios 3:10 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Aunque yo no lo merecía, Dios me dio el trabajo de maestro constructor. Así que mi enseñanza fue como el fundamento, y otro vino a construir sobre él. Pero cada uno tenga cuidado de cómo construye la fe de los demás.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Por la gracia que Dios me dio, yo eché los cimientos como un experto en construcción. Ahora otros edifican encima; pero cualquiera que edifique sobre este fundamento tiene que tener mucho cuidado.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Yo puse los cimientos como buen arquitecto, pues recibí ese talento de Dios, y otro construye encima. Que cada uno, sin embargo, se pregunte cómo construye encima.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Conforme a la gracia de Dios que me fue dada, como perito arquitecto puse un fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno vea cómo sobreedifica.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Conforme a la gracia que Dios me ha dado, yo, como sabio arquitecto, puse los cimientos; y otro va edificando encima. Pero mire cada cual cómo edifica.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Conforme a la gracia de Dios que me es dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica.

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Otras versiones



1 Corintios 3:10
37 Referencias Cruzadas  

»¿Quién es el siervo fiel y prudente a quien su señor ha dejado encargado de los sirvientes para darles la comida a su debido tiempo?


»Por tanto, todo el que oye lo que enseño y lo pone en práctica es como un hombre prudente que construyó su casa sobre la roca.


Asegúrate de que la luz que crees tener no sea oscuridad.


―Tengan cuidado; no se dejen engañar —les dijo Jesús—. Vendrán muchos que, usando mi nombre, dirán: “Yo soy el Cristo”, y dirán: “El tiempo está cerca”. No los sigan ustedes.


Como Apolos quería pasar a Acaya, los creyentes lo animaron y les escribieron a los discípulos de allá para que lo recibieran. Cuando llegó, ayudó mucho a quienes, gracias al amor de Dios, habían creído en Jesús.


Por medio de él, y en honor a su nombre, fuimos llamados a ser apóstoles, para convencer a todas las naciones de creer en él y obedecerle.


Yo sé que no lo merezco, pero Dios me ha dado autoridad para decirles lo siguiente: Nadie piense que es mejor o superior a otro. Más bien piensen que lo que ustedes son, lo son gracias a la medida de fe que Dios les ha dado.


Sin embargo, les he escrito con mucha franqueza sobre algunos asuntos, como para refrescarles la memoria. Aunque no lo merezco, Dios me envió a ustedes, y por eso me atrevo a decirles todo esto.


En efecto, mi plan ha sido predicar el mensaje de la buena noticia de Cristo donde él no fuera conocido. Por eso, nunca fui a lugares donde otros ya habían hablado de Cristo.


Pues nadie puede poner un fundamento diferente del que ya está puesto, que es Jesucristo.


Aunque otros no me reconozcan como apóstol, para ustedes sí lo soy. Pues ustedes mismos son la prueba de que soy un apóstol del Señor.


No está bien sentirnos orgullosos del trabajo que otros han hecho. Al contrario, esperamos que, así como su fe va creciendo, nuestro trabajo entre ustedes también irá creciendo en gran manera.


Ahora todos somos como una sola casa, que Dios ha construido sobre un sólido fundamento. Y ese fundamento es todo lo que los apóstoles y los profetas nos han enseñado. Pero la piedra más importante de ese fundamento es Cristo Jesús.


Para esto trabajo y lucho con la fuerza que el poder de Cristo me da.


Díganle a Arquipo que se ocupe de la tarea que el Señor le encargó, y que la termine.


Así que les enviamos a Timoteo, nuestro hermano en la fe y colaborador de Dios en el anuncio de la buena noticia de Cristo. Lo enviamos para que los animara a seguir confiando firmemente en Jesús.


Ten cuidado de tu conducta y de tu enseñanza. Si no dejas de hacerlo, te salvarás a ti mismo y a los que te escuchen.


Esfuérzate por presentarte ante Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse y que enseña correctamente el verdadero mensaje.


Mis hermanos en la fe, que no haya muchos entre ustedes que quieran ser maestros. Bien saben que los maestros seremos castigados con más severidad.


El que habla, hágalo como quien habla de parte de Dios mismo; el que presta algún servicio, hágalo con el poder que Dios le da. Así Dios será en todo alabado por medio de Jesucristo, a quien sea la gloria y el poder para siempre. Amén.


Tengan presente que la paciencia de nuestro Señor significa salvación. Esto es lo que también les escribió Pablo, nuestro querido hermano en la fe. Dios le dio sabiduría para explicarles todo eso.


La muralla de la ciudad tenía doce cimientos. En estos estaban los nombres de los doce apóstoles del Cordero.


Los cimientos de la muralla de la ciudad estaban decorados con toda clase de piedras preciosas: el primero con diamante, el segundo con zafiro, el tercero con ágata; el cuarto con esmeralda,