Los que están sobre las piedras son los que reciben la palabra con alegría cuando la oyen, pero no tienen raíz. Estos creen por algún tiempo, pero se apartan cuando llega la prueba.
1 Corintios 15:2 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) Por medio de este mensaje son salvos, si siguen confiando en lo que les prediqué. Pero, si no es ese el mensaje que aceptaron, de nada les servirá haber creído. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano. Biblia Nueva Traducción Viviente Esa es la Buena Noticia que los salva si ustedes siguen creyendo el mensaje que les prediqué, a menos que hayan creído algo que desde un principio nunca fue cierto. Biblia Católica (Latinoamericana) y por ella se salvarán si la guardan tal como yo se la anuncié, a no ser que hayan creído cosas que no son. La Biblia Textual 3a Edicion Por el cual también, si os aferráis a la palabra que os prediqué, sois salvos, si no creísteis en vano. Biblia Serafín de Ausejo 1975 y por el cual encontráis salvación, si es que conserváis la palabra que os anuncié; de lo contrario, de nada os sirvió haber creído. Biblia Reina Valera Gómez (2023) por el cual asimismo sois salvos, si retenéis la palabra que os he predicado, si no habéis creído en vano. |
Los que están sobre las piedras son los que reciben la palabra con alegría cuando la oyen, pero no tienen raíz. Estos creen por algún tiempo, pero se apartan cuando llega la prueba.
Alababan a Dios y disfrutaban del aprecio general del pueblo. Y cada día el Señor añadía al grupo los que iban siendo salvos.
Simón mismo creyó y, después de bautizarse, seguía a Felipe por todas partes. Estaba asombrado de los grandes milagros y maravillas que veía.
Les digo la verdad, no me avergüenzo del mensaje de la buena noticia. Es un mensaje con el poder de Dios para la salvación de todos los que creen: primero de los judíos, pero también de los no judíos.
Por tanto, piensa en lo bueno que es Dios, pero también en lo estricto que es. Ha castigado duramente a los que fallaron y ha sido bueno contigo. Pero, si no eres agradecido y te portas mal, tú también serás rechazado.
Me explico: algunos dicen que el mensaje de la muerte de Cristo en la cruz es una locura. Pero los que así piensan no se salvarán. En cambio, para los que se salvan, es decir, para nosotros, este mensaje tiene el poder de Dios.
Dios es sabio, y por eso no quiso que el mundo lo conociera mediante la sabiduría humana. En cambio, decidió salvar a los que creen, por medio de la predicación de un mensaje que parece locura.
Los felicito, porque ustedes se acuerdan de mí en todo y retienen las enseñanzas, tal como se las transmití.
Y, si Cristo no ha resucitado, nuestra predicación no sirve para nada, como tampoco la fe de ustedes.
Pues nosotros somos el rico aroma que Cristo ofrece a Dios. Este aroma se esparce entre los que se salvan y entre los que se pierden.
Nosotros, ayudantes de Dios, les rogamos que sepan apreciar su inmerecido amor.
Ustedes han vivido muchas cosas, ¿no me digan que no sirvió de nada? ¡No lo creo!
No merecíamos el amor que nos ha salvado por medio de la fe en Cristo. No es algo que nosotros hubiéramos logrado hacer; ¡es un regalo de Dios!
Esto lo hizo para que ustedes sigan confiando firmes en Cristo, sin dudar ni un momento. Para que no dejen de creer en la seguridad que les da el mensaje de la buena noticia. Este es el mensaje que ustedes oyeron y que ha sido anunciado en toda la creación debajo del cielo. Y yo, Pablo, he llegado a ser predicador de ese mensaje.
Así que, hermanos en la fe, sigan confiando firmemente en Dios y obedezcan sin falta las enseñanzas que les hemos dado o escrito por carta.
Pues Dios nos salvó y nos llamó a una vida santa. Esa vida no la obtenemos por medio de nuestras propias acciones. Ha sido Dios quien decidió amarnos aunque no lo merecíamos, y nos dio esa vida. Decidió amarnos así por medio de Cristo Jesús aun antes de crear el universo.
Mantengamos firme, y sin dudar, la confianza que tenemos en nuestra salvación, porque Dios es fiel para cumplir lo que prometió.
Por eso es necesario que prestemos más atención al mensaje que hemos oído, no sea que perdamos el rumbo.
Hemos llegado a tener parte con Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin la confianza que tuvimos al principio.
Cristo, como Hijo de Dios, es obediente al guiar al pueblo de Dios que somos nosotros. Y continuaremos siendo su pueblo si nos mantenemos seguros y confiando con orgullo en nuestra salvación.
En Jesús, el Hijo de Dios, tenemos un gran sumo sacerdote que ha atravesado los cielos. Por eso, sigamos confiando firmemente en la noticia que anunciamos.
Hermanos en la fe, ¿de qué le sirve a uno decir que cree en Dios si sus acciones no lo demuestran? Quienes así piensan, aunque crean, no serán salvos.
Así también sucede con la fe. Si uno dice que cree en Dios, pero no hace nada para demostrarlo, de nada sirve creer. Es una fe muerta.
Pues, así como el cuerpo sin el espíritu está muerto, también la fe sin acciones está muerta.