Jesús contestó: ―Si supieras lo que Dios puede dar, y conocieras al que te está pidiendo agua, tú le pedirías a él. Y él te daría el agua que da vida.
1 Corintios 10:4 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) Tomaron también de la misma agua, que era una bebida espiritual. Y es que bebían del agua que brotaba de la roca espiritual que los acompañaba, y la roca era Cristo. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo. Biblia Nueva Traducción Viviente y todos bebieron la misma agua espiritual. Pues bebieron de la roca espiritual que viajaba con ellos, y esa roca era Cristo. Biblia Católica (Latinoamericana) y bebieron la misma bebida espiritual; el agua brotaba de una roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo. La Biblia Textual 3a Edicion y todos bebieron la misma bebida espiritual,° porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la Roca era el Mesías. Biblia Serafín de Ausejo 1975 todos bebieron la misma bebida sobrenatural, es decir, bebían de la roca sobrenatural que los seguía; y la roca era el Cristo. Biblia Reina Valera Gómez (2023) y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la Roca espiritual que los seguía, y la Roca era Cristo. |
Jesús contestó: ―Si supieras lo que Dios puede dar, y conocieras al que te está pidiendo agua, tú le pedirías a él. Y él te daría el agua que da vida.
Pero el que beba del agua que yo le daré no volverá a tener sed jamás. Al contrario, dentro de él esa agua se convertirá en un manantial del que brotará vida eterna.
En el último día, el más importante de la fiesta, Jesús se puso de pie y dijo: ―¡Si alguno tiene sed, que venga a mí y beba!
El monte Sinaí está en Arabia y representa a la actual ciudad de Jerusalén, porque todos allí son esclavos de la Ley.
Todo eso es una sombra de las cosas que estaban por venir. Pero Cristo nos muestra lo que es verdad.
Dios nos dio la Ley como una manera de mostrarnos todo lo bueno que pensaba darnos luego. No era eso lo que en verdad pensaba darnos. Es por eso por lo que la Ley nunca puede hacer perfectos a los que se acercan a Dios. Siguiendo la Ley, los sacerdotes ofrecían los mismos sacrificios sin cesar año tras año, pero no pudieron hacer a nadie perfecto.
El Espíritu y la esposa del Cordero dicen: «¡Ven!». El que escuche diga: «¡Ven!». El que tenga sed, venga. Y el que quiera, tome gratuitamente del agua de la vida.