La Biblia Online

Anuncios


Toda la Biblia A.T. N.T.




Proverbios 7:10 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

De pronto la mujer salió a su encuentro, con toda la apariencia de una prostituta y con solapadas intenciones.

Ver Capítulo
Mostrar Biblia Interlineal

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Cuando he aquí, una mujer le sale al encuentro, Con atavío de ramera y astuta de corazón.

Ver Capítulo

Biblia Nueva Traducción Viviente

La mujer se le acercó, vestida de manera seductora y con corazón astuto.

Ver Capítulo

Biblia Católica (Latinoamericana)

De repente, sale ella a su encuentro, vestida como prostituta y tapada con un velo.

Ver Capítulo

La Biblia Textual 3a Edicion

La mujer sale a su encuentro, Taimada de corazón, ataviada de ramera,

Ver Capítulo

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Entonces la mujer sale a su encuentro, como una cortesana, cubierta con un velo.

Ver Capítulo

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y he aquí, una mujer le sale al encuentro, con atavío de ramera y astuta de corazón,

Ver Capítulo
Otras versiones



Proverbios 7:10
11 Referencias Cruzadas  

La serpiente era más astuta que todos los animales del campo que Dios el Señor había hecho, así que preguntó a la mujer: —¿Conque Dios les dijo que no comieran de ningún árbol del jardín?


Cuando Jorán vio a Jehú, preguntó: —Jehú, ¿vienes en son de paz? —¿Cómo puede haber paz mientras haya tantas idolatrías y hechicerías de tu madre Jezabel? —respondió Jehú.


Cuando Jezabel se enteró de que Jehú estaba regresando a Jezrel, se sombreó los ojos, se arregló el cabello y se asomó a la ventana.


Se pone al acecho, como un bandido, y multiplica la infidelidad de los hombres.


«Tú, prostituta olvidada, toma un arpa y recorre la ciudad; toca lo mejor que puedas y canta muchas canciones, para que te recuerden».


¿Qué piensas hacer, ciudad devastada? ¿Para qué te vistes de color púrpura? ¿Para qué te pones joyas de oro? ¿Para qué te maquillas los ojos? En vano te embelleces, pues tus amantes te desprecian; solo buscan tu muerte.


En cuanto a las mujeres, quiero que ellas se vistan decorosamente, con modestia y recato, sin peinados ostentosos, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos.