La Biblia Online

Anuncios


Toda la Biblia A.T. N.T.




Proverbios 26:4 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

No respondas al necio con igual necedad o tú mismo pasarás por uno.

Ver Capítulo
Mostrar Biblia Interlineal

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Nunca respondas al necio de acuerdo con su necedad, Para que no seas tú también como él.

Ver Capítulo

Biblia Nueva Traducción Viviente

No respondas a los argumentos absurdos de los necios o te volverás tan necio como ellos.

Ver Capítulo

Biblia Católica (Latinoamericana)

No respondas a las estupideces de un imbécil, te volverías como él.

Ver Capítulo

La Biblia Textual 3a Edicion

No respondas al necio según su necedad, No sea que te iguales a él.

Ver Capítulo

Biblia Serafín de Ausejo 1975

No respondas al necio según su necedad, no sea que tú mismo te iguales a él.

Ver Capítulo

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

No respondas al necio conforme a su necedad, para que no seas tú también como él.

Ver Capítulo
Otras versiones



Proverbios 26:4
14 Referencias Cruzadas  

y siguió más bien el de los jóvenes. Entonces dijo: «Si mi padre les impuso un yugo pesado, ¡yo les aumentaré la carga! Si él los castigaba a ustedes con una vara, ¡yo lo haré con un látigo!».


Cuando se dieron cuenta de que el rey no iba a hacerles caso, todos los israelitas exclamaron a una: «¡Pueblo de Israel, todos a sus casas! ¡Y tú, David, ocúpate de los tuyos! ¿Qué parte tenemos con David? ¿Qué herencia tenemos con el hijo de Isaí?». Así que se fueron cada uno a su casa.


Iniciar una pelea es romper una represa; vale más retirarse que comenzarla.


A oídos del necio jamás dirijas palabra, pues se burlará de tus sabios consejos.


Respóndele al necio como se merece, para que no se tenga por sabio.


Cuando el sabio entabla pleito contra un necio, aunque se enoje o se ría, no logrará la paz.


Pero el pueblo permaneció en silencio y no respondió ni una sola palabra, porque el rey había ordenado: «No respondan».


»No den lo sagrado a los perros, no sea que se vuelvan contra ustedes y los despedacen; ni echen sus perlas a los cerdos, no sea que las pisoteen.


No devuelvan mal por mal ni insulto por insulto; más bien, bendigan, porque para esto fueron llamados, para heredar una bendición.


Ni siquiera el arcángel Miguel, cuando argumentaba con el diablo disputándole el cuerpo de Moisés, se atrevió a pronunciar contra él un juicio de maldición, sino que dijo: «¡Que el Señor te reprenda!».