No me he apartado de los mandamientos de sus labios; valoro más las palabras de su boca que mi pan de cada día.
Proverbios 2:1 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 Hijo mío, si haces tuyas mis palabras y atesoras mis mandamientos; Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Hijo mío, si recibieres mis palabras, Y mis mandamientos guardares dentro de ti, Biblia Nueva Traducción Viviente Hijo mío, presta atención a lo que digo y atesora mis mandatos. Biblia Católica (Latinoamericana) Acoge mis palabras, hijo mío, guarda mi enseñanza, La Biblia Textual 3a Edicion Hijo mío, si aceptas mis palabras, Y guardas mis mandamientos dentro de ti, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Hijo mío, si recibes mis palabras y guardas para ti mis preceptos, Biblia Reina Valera Gómez (2023) Hijo mío, si recibieres mis palabras, y mis mandamientos atesorares dentro de ti, |
No me he apartado de los mandamientos de sus labios; valoro más las palabras de su boca que mi pan de cada día.
Enséñanos a contar bien nuestros días, para que nuestro corazón adquiera sabiduría.
para recibir la corrección que dan la prudencia, la rectitud, la justicia y la equidad;
Hijo mío, no te olvides de mis enseñanzas; más bien, guarda en tu corazón mis mandamientos.
Escuchen, hijos, la corrección de un padre; dispónganse a adquirir entendimiento.
¿Acaso no está llamando la sabiduría? ¿No está elevando su voz la inteligencia?
»El reino de los cielos es como un tesoro escondido en un campo. Cuando un hombre lo descubrió, lo volvió a esconder, y lleno de alegría fue y vendió todo lo que tenía y compró ese campo.
María, por su parte, guardaba todas estas cosas en su corazón y meditaba acerca de ellas.
Así que Jesús bajó con sus padres a Nazaret y vivió sujeto a ellos. Y su madre conservaba todas estas cosas en el corazón.
—Presten mucha atención a lo que les voy a decir: El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres.
Tampoco está más allá del mar, para que preguntes: «¿Quién cruzará por nosotros hasta el otro lado del mar, para que nos lo traiga, y así podamos escucharlo y obedecerlo?».
Este mensaje es digno de crédito y merece ser aceptado por todos: que Cristo Jesús vino al mundo a salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero.