»Pero él es soberano; ¿quién puede hacerlo desistir? Lo que él quiere hacer, lo hace.
Números 23:27 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 Balac dijo a Balán: —Por favor, ven conmigo, que te llevaré a otro lugar. Tal vez a Dios le parezca bien que los maldigas desde allí. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Y dijo Balac a Balaam: Te ruego que vengas, te llevaré a otro lugar; por ventura parecerá bien a Dios que desde allí me lo maldigas. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces el rey Balac le dijo a Balaam: —Ven, te llevaré a un lugar más. Quizá esto agrade a Dios y te permita maldecirlos desde allí. Biblia Católica (Latinoamericana) Balac le dijo a Balaam: 'Ven, te llevaré a otra parte, y a lo mejor allí tu Dios estará de acuerdo en que me lo maldigas!' La Biblia Textual 3a Edicion Entonces Balac dijo a Balaam: ¡Ven te ruego, te llevaré a otro lugar! ¡Quizá plazca a los ojos de Dios que me los maldigas desde allí! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Balac dijo a Balaán: 'Ven, pues, y te llevaré a otro sitio; quizá a Dios le parezca bien que me los maldigas desde allí'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y dijo Balac a Balaam: Te ruego que vengas, te llevaré a otro lugar; por ventura parecerá bien a Dios que desde allí me lo maldigas. |
»Pero él es soberano; ¿quién puede hacerlo desistir? Lo que él quiere hacer, lo hace.
Muchos son los planes en el corazón de las personas, pero al final prevalecen los designios del Señor.
Si lo ha determinado el Señor de los Ejércitos, ¿quién podrá impedirlo? Si él ha extendido su mano, ¿quién podrá detenerla?
»Yo, el Señor, no cambio. Por eso ustedes, descendientes de Jacob, no han sido exterminados.
Te ruego que vengas y maldigas por mí a este pueblo, porque es más poderoso que yo. Tal vez así pueda yo vencerlos y echarlos fuera del país. Yo sé que a quien tú bendices queda bendito y a quien tú maldices queda maldito».
Entonces Balac dijo: —Por favor, ven conmigo a otro lugar. Desde allí podrás ver solo una parte del pueblo, no a todos ellos, y los maldecirás por mí.
Balán respondió: —¿Acaso no te advertí que yo repetiría todo lo que el Señor me ordenara decir?
Así que llevó a Balán hasta la cumbre del monte Peor, desde donde puede verse el desierto de Jesimón.
porque los regalos de Dios son irrevocables, como lo es también su llamamiento.