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Mateo 9:13 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

Pero vayan y aprendan qué significa esto: “Lo que pido de ustedes es misericordia y no sacrificios”. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Id, pues, y aprended lo que significa: Misericordia quiero, y no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al arrepentimiento.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Luego añadió: «Ahora vayan y aprendan el significado de la siguiente Escritura: “Quiero que tengan compasión, no que ofrezcan sacrificios”. Pues no he venido a llamar a los que se creen justos, sino a los que saben que son pecadores».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Vayan y aprendan lo que significa esta palabra de Dios: Me gusta la misericordia más que las ofrendas. Pues no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores.

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La Biblia Textual 3a Edicion

¡Id y aprended qué significa:° Misericordia quiero y no sacrificio!,° porque no vine a llamar a justos sino a pecadores.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Id, pues, y aprended qué significa: Amor quiero y no sacrificios: porque no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Id, pues, y aprended lo que significa: Misericordia quiero, y no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento.

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Otras versiones



Mateo 9:13
39 Referencias Cruzadas  

Practicar la justicia y el derecho lo prefiere el Señor a los sacrificios.


Lo que pido de ustedes es misericordia y no sacrificios, conocimiento de Dios en lugar de holocaustos.


Él contestó: —¿No han leído lo que hizo David en aquella ocasión en que él y sus compañeros tuvieron hambre?


¿O no han leído en la Ley que los sacerdotes en el Templo profanan el sábado sin incurrir en culpa?


Si ustedes supieran qué significa esto: “Lo que pido de ustedes es misericordia y no sacrificios”, no condenarían a los que no son culpables.


—¿No han leído —respondió Jesús— que en el principio el Creador “los creó hombre y mujer”


Les dijo Jesús: —¿No han leído nunca en las Escrituras: »“La piedra que desecharon los constructores ha llegado a ser la piedra angular. Esto ha sido obra del Señor y nos deja maravillados”?


Decía: «Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos está cerca».


Produzcan frutos que demuestren arrepentimiento.


Desde entonces comenzó Jesús a predicar: «Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos está cerca».


Pero en cuanto a que los muertos resucitan, ¿no han leído en el libro de Moisés, en el pasaje sobre la zarza, cómo Dios le dijo: “Yo soy el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob”?


Amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, es más importante que todos los holocaustos y sacrificios.


Al oír esto, Jesús contestó: —No son los sanos los que necesitan médico, sino los enfermos. Y yo no he venido a llamar a justos, sino a pecadores.


Jesús respondió: —¿Qué está escrito en la Ley? ¿Cómo la interpretas tú?


Porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.


en su nombre se predicarán el arrepentimiento y el perdón de pecados a todas las naciones, comenzando por Jerusalén.


—No son los sanos los que necesitan médico, sino los enfermos —contestó Jesús—.


No he venido a llamar a justos, sino a pecadores para que se arrepientan.


—¿Y acaso —respondió Jesús— no está escrito en su Ley: “Yo les he dicho: ‘Ustedes son dioses’ ”?


Al oír esto, se apaciguaron y alabaron a Dios diciendo: —¡Así que también a los no judíos ha concedido Dios el arrepentimiento para vida!


—Arrepiéntase y bautícese cada uno de ustedes en el nombre de Jesucristo para perdón de sus pecados —contestó Pedro—, y recibirán el don del Espíritu Santo.


A los judíos y a los que no son judíos les he instado a arrepentirse ante Dios y a creer en nuestro Señor Jesús.


Por tanto, para que sean borrados sus pecados, arrepiéntanse y vuélvanse a Dios,


Dios lo exaltó a su derecha como Príncipe y Salvador, para que diera a Israel arrepentimiento y perdón de pecados.


El Señor no tarda en cumplir su promesa, según entienden algunos la tardanza. Más bien, él tiene paciencia con ustedes, porque no quiere que nadie perezca, sino que todos se arrepientan.