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Mateo 3:14 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

Pero Juan trató de disuadirlo. —Yo soy el que necesita ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí? —objetó.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Mas Juan se le oponía, diciendo: Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

pero Juan intentó convencerlo de que no lo hiciera. —Yo soy el que necesita que tú me bautices —dijo Juan—, entonces, ¿por qué vienes tú a mí?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Juan quiso disuadirlo y le dijo: '¿Tú vienes a mí? Soy yo quien necesita ser bautizado por ti.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Pero él trataba de impedírselo diciendo: Soy yo el que necesita ser bautizado por ti, ¿y Tú vienes a mí?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Juan quería impedírselo, diciendo: 'Soy yo quien debería ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí?'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Pero Juan le resistía, diciendo: Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí?

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Otras versiones



Mateo 3:14
16 Referencias Cruzadas  

Un día Jesús fue de Galilea al Jordán para que Juan lo bautizara.


—Hagámoslo como te digo, pues nos conviene cumplir con lo que es justo —contestó Jesús. Entonces Juan consintió.


Pero ¿cómo es esto que la madre de mi Señor venga a verme?


De su plenitud todos recibimos gracia sobre gracia,


Quiero que sepan, hermanos, que aunque hasta ahora no he podido visitarlos, muchas veces me he propuesto hacerlo, para recoger algún fruto entre ustedes, tal como lo he recogido entre las otras naciones.


pues todos han pecado y están privados de la gloria de Dios,


Dios lo ofreció como un sacrificio para obtener el perdón de pecados, el cual se recibe por la fe en su sangre. Así demostró su justicia, porque a causa de su paciencia, había pasado por alto los pecados pasados.


Pero la Escritura declara que todo el mundo es prisionero del pecado, para que mediante la fe en Jesucristo lo prometido se les conceda a los que creen.


Ustedes ya son hijos. Dios ha enviado a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que clama: «¡Abba! ¡Padre!».


Ahora bien, a los sacerdotes la muerte les impedía seguir ejerciendo sus funciones y por eso hemos tenido muchos de ellos;