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Mateo 20:8 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

»Al atardecer, el dueño del viñedo ordenó a su capataz: “Llama a los obreros y págales su salario, comenzando por los últimos contratados hasta llegar a los primeros”.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Cuando llegó la noche, el señor de la viña dijo a su mayordomo: Llama a los obreros y págales el jornal, comenzando desde los postreros hasta los primeros.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

»Aquella noche, le dijo al capataz que llamara a los trabajadores y les pagara, comenzando por los últimos que había contratado.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Al anochecer, dijo el dueño de la viña a su mayordomo: 'Llama a los trabajadores y págales su jornal, empezando por los últimos y terminando por los primeros.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Llegado el atardecer,° el señor de la viña dice a su mayordomo: Llama a los obreros y págales el jornal,° comenzando desde los postreros hasta los primeros.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Al atardecer, dice el señor de la viña a su administrador: 'Llama a los obreros y págales el jornal, comenzando por los últimos y acabando por los primeros'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y cuando cayó la tarde, el señor de la viña dijo a su mayordomo: Llama a los obreros y págales el jornal, comenzando desde los postreros hasta los primeros.

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Otras versiones



Mateo 20:8
22 Referencias Cruzadas  

Pero Abram respondió: —Mi Señor y Dios, ¿de qué me sirve que me des algo, si aún sigo sin tener hijos y el heredero de mis bienes será Eliezer de Damasco?


Entonces se acercaron al mayordomo de la casa de José y antes de entrar le dijeron:


»No defraudes a tu prójimo ni lo despojes de nada. »No retengas la paga de tu jornalero hasta el día siguiente.


“Porque nadie nos ha contratado”, contestaron. Él les dijo: “Vayan también ustedes a trabajar en mi viñedo”.


Se presentaron los obreros que habían sido contratados cerca de las cinco de la tarde y cada uno recibió la paga de un día.


»Después de mucho tiempo, volvió el señor de aquellos siervos y arregló cuentas con ellos.


»Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria, con todos sus ángeles, se sentará en su trono glorioso.


Quédense en esa casa, coman y beban de lo que ellos tengan, porque el trabajador tiene derecho a su salario. No anden de casa en casa.


Respondió el Señor: —¿Quién es el mayordomo fiel y prudente a quien su señor deja encargado de los siervos para repartirles la comida a su debido tiempo?


Juana, esposa de Cuza, el administrador de Herodes; Susana y muchas más que los ayudaban con sus propios recursos.


Porque es necesario que todos comparezcamos ante el tribunal de Cristo para que cada uno reciba lo que le corresponda, según lo bueno o malo que haya hecho mientras vivió en el cuerpo.


Le pagarás su salario cada día, antes de la puesta del sol, porque es pobre y cuenta solo con ese dinero. De lo contrario, él clamará al Señor contra ti y tú resultarás culpable de pecado.


El obispo tiene a su cargo la obra de Dios y por lo tanto, debe ser irreprensible: no arrogante, ni iracundo, ni borracho, ni violento, ni codicioso de ganancias mal habidas.


también Cristo fue ofrecido en sacrificio una sola vez para quitar los pecados de muchos. Aparecerá por segunda vez ya no para cargar con pecado alguno, sino para traer salvación a quienes lo esperan.


Cada uno ponga al servicio de los demás el don que haya recibido, administrando bien la gracia de Dios en sus diversas formas.


—Es una joven moabita que volvió de la tierra de Moab con Noemí —le contestó el capataz—.