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Lucas 9:28 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

Unos ocho días después de decir esto, Jesús, acompañado de Pedro, Juan y Santiago, subió a una montaña a orar.

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Biblia Reina Valera 1960

Aconteció como ocho días después de estas palabras, que tomó a Pedro, a Juan y a Jacobo, y subió al monte a orar.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Cerca de ocho días después, Jesús llevó a Pedro, a Juan y a Santiago a una montaña para orar.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Unos ocho días después de estos discursos, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a Juan y subió a un cerro a orar.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Como ocho° días después de estas palabras, sucedió que° tomando a Pedro, a Juan y a Jacobo, subió al monte a orar.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Unos ocho días después de estos discursos, tomó consigo a Pedro, a Juan y a Santiago y subió al monte para orar.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y aconteció como ocho días después de estas palabras, que tomó a Pedro y a Juan y a Jacobo, y subió al monte a orar.

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Otras versiones



Lucas 9:28
18 Referencias Cruzadas  

Mi amor me lo pagan con calumnias, mientras yo permanezco en oración.


Después de despedir a la gente, subió a la montaña para orar a solas. Al anochecer, estaba allí él solo


Cuando vio a las multitudes, subió a la ladera de una montaña y se sentó. Sus discípulos se le acercaron,


Muy de madrugada, cuando todavía estaba oscuro, Jesús se levantó, salió de la casa y se fue a un lugar solitario donde se puso a orar.


Cuando se despidió, fue a la montaña para orar.


Un día en que todos acudían a Juan para que los bautizara, Jesús fue bautizado también. Y mientras oraba, se abrió el cielo


Él, por su parte, solía retirarse a lugares solitarios para orar.


Por aquel tiempo se fue Jesús a la montaña a orar y pasó toda la noche en oración a Dios.


Cuando llegó a la casa de Jairo, no dejó que nadie entrara con él, excepto Pedro, Juan y Santiago, y también el padre y la madre de la niña.


Un día Jesús estaba orando a solas; cuando llegaron sus discípulos, preguntó: —¿Quién dice la gente que soy yo?


Entonces subió Jesús a una colina y se sentó con sus discípulos.


Esta será la tercera vez que los visito. «Todo asunto se resolverá mediante el testimonio de dos o tres testigos».


En los días de su vida mortal, Jesús ofreció oraciones y súplicas con fuerte clamor y lágrimas al que podía salvarlo de la muerte y fue escuchado por su temor reverente.


Cuando les dimos a conocer la venida de nuestro Señor Jesucristo en todo su poder, no estábamos siguiendo sutiles cuentos supersticiosos, sino dando testimonio de su grandeza que vimos con nuestros propios ojos.