Lucas 4:7 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 Así que, si me adoras, todo será tuyo. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Si tú postrado me adorares, todos serán tuyos. Biblia Nueva Traducción Viviente Te daré todo esto si me adoras. Biblia Católica (Latinoamericana) Si te arrodillas y me adoras, todo será tuyo. La Biblia Textual 3a Edicion Si te postras pues y me adoras, será toda tuya. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Si te postras delante de mí, todo eso será tuyo'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Si tú, pues, me adorares, todos serán tuyos. |
Así dice el Señor: «Los productos de Egipto y la mercancía de Cus pasarán a ser de tu propiedad; los sabeos, hombres de elevada estatura, marcharán detrás de ti en cadenas. Se postrarán en tu presencia y suplicantes te dirán: “Hay un solo Dios, no hay ningún otro, y ese Dios está contigo”».
Algunos derrochan oro de sus bolsas y pesan plata en la balanza; contratan a un joyero para que les haga un dios y ante ese dios se postran para adorarlo.
Cuando llegaron a la casa, vieron al niño con María, su madre, y postrándose lo adoraron. Abrieron sus cofres y presentaron como regalos: oro, incienso y mirra.
Cayó rostro en tierra a los pies de Jesús y le dio las gracias, no obstante que era samaritano.
—Sobre estos reinos y todo su esplendor —le dijo—, te daré la autoridad, porque a mí me ha sido entregada y puedo dársela a quien yo quiera.
Jesús contestó: —Escrito está: “Adora al Señor tu Dios y sírvele solamente a él”.
Cuando vio a Jesús, dio un grito y se arrojó a sus pies. Entonces exclamó con fuerza: —¿Por qué te entrometes, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? ¡Te ruego que no me atormentes!
Yo, Juan, soy el que vio y oyó todas estas cosas. Y cuando lo vi y oí, me postré para adorar al ángel que me había estado mostrando todo esto.
los veinticuatro ancianos se postraban ante él y adoraban al que vive por los siglos de los siglos. Y deponían sus coronas delante del trono exclamando:
Cuando lo tomó, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero. Cada uno tenía un arpa y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones del pueblo de Dios.