Entonces grité: «¡Ay de mí, que estoy perdido! Soy un hombre de labios impuros y vivo en medio de un pueblo de labios impuros y mis ojos han visto al Rey, al Señor de los Ejércitos».
Lucas 17:10 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 Así también ustedes, cuando hayan hecho todo lo que se les ha mandado, deben decir: “Somos siervos inútiles; no hemos hecho más que cumplir con nuestro deber”. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid: Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos. Biblia Nueva Traducción Viviente De la misma manera, cuando ustedes me obedecen, deben decir: “Somos siervos indignos que simplemente cumplimos con nuestro deber”. Biblia Católica (Latinoamericana) Así también ustedes, cuando hayan hecho todo lo que les ha sido mandado, digan: 'Somos servidores que no hacíamos falta, hemos hecho lo que era nuestro deber'. La Biblia Textual 3a Edicion Así también vosotros, cuando hayáis hecho° todo lo que se os ordenó, decid: Siervos inútiles somos; hemos hecho lo que debíamos hacer. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pues igualmente vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que se os ha mandado, decid: 'Siervos inútiles somos; hemos hecho lo que teníamos que hacer''. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Así también vosotros, cuando hubiereis hecho todo lo que os es mandado, decid: Siervos inútiles somos, porque lo que debíamos hacer, hicimos. |
Entonces grité: «¡Ay de mí, que estoy perdido! Soy un hombre de labios impuros y vivo en medio de un pueblo de labios impuros y mis ojos han visto al Rey, al Señor de los Ejércitos».
Todos somos como gente impura; todos nuestros actos de justicia son como trapos de inmundicia. Todos nos marchitamos como hojas; nuestras iniquidades nos arrastran como el viento.
Pero, cuando entraron y tomaron posesión de ella no te obedecieron ni acataron tu Ley; tampoco hicieron lo que habías ordenado. Por eso les enviaste toda esta desgracia.
Y a ese siervo inútil échenlo afuera, a la oscuridad, donde habrá llanto y crujir de dientes”.
Un día, siguiendo su viaje a Jerusalén, Jesús pasaba por Samaria y Galilea.
Todos se han descarriado; juntos se han corrompido. No hay nadie que haga lo bueno; ¡no hay uno solo!».