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Lucas 16:1 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

Jesús contó otra parábola a sus discípulos: «Un hombre rico tenía un administrador a quien acusaron de derrochar sus bienes.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Dijo también a sus discípulos: Había un hombre rico que tenía un mayordomo, y este fue acusado ante él como disipador de sus bienes.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Jesús les contó la siguiente historia a sus discípulos: «Había cierto hombre rico que tenía un administrador que manejaba sus negocios. Un día llegó la noticia de que el administrador estaba malgastando el dinero de su patrón.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Jesús dijo también a sus discípulos: 'Había un hombre rico que tenía un administrador, y le vinieron a decir que estaba malgastando sus bienes.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Decía también a los discípulos: Había cierto° hombre rico que tenía un mayordomo, el cual fue acusado ante él de dilapidar sus bienes.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Decía también a los discípulos: 'Había un hombre rico que tenía un administrador, el cual fue denunciado ante su dueño como malversador de sus bienes.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y dijo también a sus discípulos: Había un hombre rico, el cual tenía un mayordomo, y este fue acusado ante él de que había disipado sus bienes.

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Otras versiones



Lucas 16:1
19 Referencias Cruzadas  

Pero Abram respondió: —Mi Señor y Dios, ¿de qué me sirve que me des algo, si aún sigo sin tener hijos y el heredero de mis bienes será Eliezer de Damasco?


Entonces se acercaron al mayordomo de la casa de José y antes de entrar le dijeron:


David reunió en Jerusalén a todos los oficiales de Israel; es decir, a los oficiales de las tribus, a los comandantes de las divisiones que por turno servían al rey, a los comandantes de mil y de cien soldados, a los oficiales a cargo de los bienes y el ganado del rey y sus hijos, a los oficiales del palacio, a los guerreros y a todos los valientes.


El que es negligente en su trabajo confraterniza con el que es destructivo.


Ella no ha reconocido que fui yo quien le dio el grano, el vino nuevo y el aceite. Yo le había multiplicado la plata y el oro, que ella usó para Baal.


»Al atardecer, el dueño del viñedo ordenó a su capataz: “Llama a los obreros y págales su salario, comenzando por los últimos contratados hasta llegar a los primeros”.


Respondió el Señor: —¿Quién es el mayordomo fiel y prudente a quien su señor deja encargado de los siervos para repartirles la comida a su debido tiempo?


Poco después el hijo menor juntó todo lo que tenía y se fue a un país lejano; allí vivió desenfrenadamente y derrochó su herencia.


¡Pero ahora llega ese hijo tuyo, que ha despilfarrado tu fortuna con prostitutas, y tú mandas matar en su honor el ternero más gordo!”.


»Había un hombre rico que se vestía con púrpura y lino fino, y daba espléndidos banquetes todos los días.


Así que lo mandó a llamar y le dijo: “¿Qué es esto que me dicen de ti? Rinde cuentas de tu administración, porque ya no puedes seguir en tu puesto”.


»Llegó otro siervo y dijo: “Señor, aquí tiene su dinero; lo he tenido guardado, envuelto en un pañuelo.


Juana, esposa de Cuza, el administrador de Herodes; Susana y muchas más que los ayudaban con sus propios recursos.


El obispo tiene a su cargo la obra de Dios y por lo tanto, debe ser irreprensible: no arrogante, ni iracundo, ni borracho, ni violento, ni codicioso de ganancias mal habidas.


Y cuando piden, no reciben porque piden con malas intenciones, para satisfacer sus propias pasiones.


Cada uno ponga al servicio de los demás el don que haya recibido, administrando bien la gracia de Dios en sus diversas formas.