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Lucas 12:2 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

No hay nada encubierto que no llegue a revelarse ni nada escondido que no llegue a conocerse.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Porque nada hay encubierto, que no haya de descubrirse; ni oculto, que no haya de saberse.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Llegará el tiempo en que todo lo que está encubierto será revelado y todo lo secreto se dará a conocer a todos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Nada hay tan oculto que no haya de ser descubierto o tan escondido que no haya de ser conocido.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Nada hay encubierto que no será descubierto, ni oculto, que no será conocido.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Pues nada hay oculto que no se descubra, y nada secreto que no se conozca.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Porque nada hay encubierto, que no haya de ser revelado; ni oculto, que no haya de saberse.

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Otras versiones



Lucas 12:2
10 Referencias Cruzadas  

Pues Dios juzgará toda obra, buena o mala, aun la realizada en secreto.


Porque mis ojos ven todas sus acciones; ninguna de ellas me es oculta. Su iniquidad no puede esconderse de mi vista.


Me han ofrecido sacrificios y ofrendas, y se han comido la carne, pero el Señor no se agrada con ellos. Ahora voy a recordar sus maldades y castigaré sus pecados; y tendrán que regresar a Egipto.


No hay nada escondido que no esté destinado a descubrirse; tampoco hay nada oculto que no esté destinado a ser revelado públicamente.


Porque no hay nada escondido que no llegue a descubrirse ni nada oculto que no llegue a conocerse públicamente.


Así sucederá el día en que, por medio de Jesucristo, Dios juzgará los secretos de toda persona, como lo declara mi evangelio.


Por lo tanto, no juzguen nada antes de tiempo; esperen hasta que venga el Señor. Él sacará a la luz lo que está oculto en la oscuridad y pondrá al descubierto las intenciones de cada corazón. Entonces cada uno recibirá de Dios la alabanza que le corresponda.


Porque es necesario que todos comparezcamos ante el tribunal de Cristo para que cada uno reciba lo que le corresponda, según lo bueno o malo que haya hecho mientras vivió en el cuerpo.