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Lucas 11:45 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

Uno de los expertos en la Ley le respondió: —Maestro, al hablar así nos insultas también a nosotros.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Respondiendo uno de los intérpretes de la ley, le dijo: Maestro, cuando dices esto, también nos afrentas a nosotros.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

—Maestro —le dijo un experto en la ley religiosa—, nos has insultado a nosotros también con lo que has dicho.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Un maestro de la Ley tomó entonces la palabra y dijo: 'Maestro, al hablar así nos ofendes también a nosotros.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Respondiendo entonces uno de los doctores de la ley, le dice: Maestro, diciendo estas cosas, también nos afrentas a nosotros.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Un doctor de la ley le dice entonces: 'Maestro, diciendo tales cosas, nos ofendes también a nosotros'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y respondiendo uno de los doctores de la ley, le dice: Maestro, cuando dices esto, también nos afrentas a nosotros.

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Otras versiones



Lucas 11:45
11 Referencias Cruzadas  

El rey de Israel respondió: —Todavía hay alguien por medio de quien podemos consultar al Señor, pero me cae muy mal porque nunca me profetiza nada bueno; solo me anuncia desastres. Se trata de Micaías, hijo de Imlá. —No digas eso —respondió Josafat.


Cada vez que hablo es para gritar: «¡Violencia! ¡Destrucción!». Por eso la palabra del Señor fue cada día para mí una deshonra y una burla.


¿A quién hablaré? ¿A quién advertiré? ¿Quién podrá escucharme? Tienen tapados los oídos y no pueden comprender. La palabra del Señor los ofende; no se complacen en ella.


Uno de ellos, experto en la Ley, le tendió una trampa con esta pregunta:


Contestó Jesús: —¡Ay de ustedes también, expertos en la Ley! Abruman a los demás con cargas que apenas se pueden soportar, pero ustedes mismos no mueven ni un dedo para levantarlas.


»¡Ay de ustedes, expertos en la Ley!, porque se han adueñado de la llave del conocimiento. Ustedes mismos no han entrado, y a los que intentan hacerlo, les han cerrado el paso».


Pero los fariseos y los expertos en la Ley no se hicieron bautizar por Juan, rechazando así el propósito de Dios respecto a ellos.


¿Acaso ha creído en él alguno de los gobernantes o de los fariseos?


El mundo no tiene motivos para aborrecerlos; a mí, sin embargo, me aborrece porque yo testifico que sus obras son malas.


Algunos fariseos que estaban con él, al oírlo hablar así, le preguntaron: —¿Qué? ¿Acaso también nosotros somos ciegos?