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Levítico 26:4 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

yo enviaré lluvia a su tiempo, y la tierra y los árboles del campo darán sus frutos;

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

yo daré vuestra lluvia en su tiempo, y la tierra rendirá sus productos, y el árbol del campo dará su fruto.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

les enviaré las lluvias de temporada. Entonces la tierra les dará sus cosechas y los árboles del campo producirán su fruto.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

les enviaré las lluvias a su tiempo para que la tierra dé sus productos y los árboles del campo sus frutos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

entonces Yo daré vuestras lluvias en su época y la tierra rendirá su cosecha y el árbol del campo dará su fruto.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

os mandaré la lluvia a su tiempo, la tierra rendirá sus productos y los árboles del campo darán su fruto.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Yo daré vuestra lluvia en su tiempo, y la tierra dará su producto, y el árbol del campo dará su fruto;

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Otras versiones



Levítico 26:4
31 Referencias Cruzadas  

Ahora bien, Elías, el de Tisbé de Galaad, fue a decirle a Acab: «Tan cierto como que vive el Señor, Dios de Israel, a quien yo sirvo, te aseguro que no habrá rocío ni lluvia en los próximos años, hasta que yo lo ordene».


Él derrama lluvia sobre la tierra y envía agua sobre los campos.


Desde tus altos aposentos riegas las montañas; la tierra se sacia con el fruto de tu trabajo.


La tierra dará entonces su fruto, y Dios, nuestro Dios, nos bendecirá.


Dios nos bendecirá y le temerán todos los confines de la tierra.


Tú, oh Dios, diste abundantes lluvias; reanimaste a tu extenuada herencia.


El Señor mismo nos dará bienestar y nuestra tierra rendirá su fruto.


La justicia será su heraldo y preparará el camino para sus pasos.


El Señor te enviará lluvia para la semilla que siembres en la tierra, y el alimento que produzca la tierra será suculento y abundante. En aquel día tu ganado pacerá en extensas praderas.


La dejaré desolada y no será podada ni cultivada; le crecerán espinos y cardos. Mandaré que las nubes no derramen lluvia sobre ella».


¿Acaso hay entre los ídolos falsos alguno que pueda hacer llover? ¿Pueden los cielos solos dar lluvia? Solo tú, Señor y Dios nuestro, puedes hacer todas estas cosas; por eso nuestra esperanza está en ti.


Multiplicaré el fruto de los árboles y las cosechas del campo para que no sufran más entre las naciones la deshonra de pasar hambre.


No teman, animales del campo, porque los pastizales de la estepa ya reverdecen; los árboles producen su fruto y la higuera y la vid dan su riqueza.


La tierra dará su fruto, y comerán hasta saciarse, y allí vivirán seguros.


déjenme decirles que en el sexto año les enviaré una bendición tan grande que la tierra producirá como para tres años.


»“Habrá paz cuando se siembre y las vides darán su fruto; la tierra producirá sus cosechas y el cielo enviará su rocío. Todo esto se lo daré como herencia al remanente de este pueblo.


para que sean hijos de su Padre que está en los cielos. Él hace que salga el sol sobre malos y buenos, y que llueva sobre justos e injustos.


Sin embargo, no ha dejado de dar testimonio de sí mismo haciendo el bien, dándoles lluvias del cielo y estaciones fructíferas, proporcionándoles comida y alegría de corazón.


Si ustedes obedecen fielmente los mandamientos que hoy les doy, si aman al Señor su Dios y le sirven con todo el corazón y con toda el alma,


entonces yo enviaré la lluvia oportuna sobre su tierra, en otoño y en primavera, para que obtengan el trigo, el vino nuevo y el aceite.


El Señor abrirá los cielos, su generoso tesoro, para derramar a su debido tiempo la lluvia sobre la tierra y para bendecir todo el trabajo de tus manos. Tú prestarás a muchas naciones, pero no tomarás prestado de nadie.


Por tanto, hermanos, tengan paciencia hasta la venida del Señor. Miren cómo espera el agricultor a que la tierra dé su precioso fruto y con qué paciencia aguarda las lluvias de otoño y primavera.


Estos testigos tienen poder para cerrar el cielo a fin de que no llueva mientras estén profetizando; además, tienen poder para convertir las aguas en sangre y para azotar la tierra, cuantas veces quieran, con toda clase de plagas.