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Levítico 19:14 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

»No maldigas al sordo ni pongas tropiezos al ciego, sino teme a tu Dios. Yo soy el Señor.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

No maldecirás al sordo, y delante del ciego no pondrás tropiezo, sino que tendrás temor de tu Dios. Yo Jehová.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

»No insultes al sordo ni hagas tropezar al ciego. Debes temer a tu Dios; yo soy el Señor.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

No gritarás maldiciones al sordo, ni pondrás obstáculos al ciego, sino que temerás a tu Dios. ¡Yo soy Yavé!

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La Biblia Textual 3a Edicion

No maldecirás al sordo, ni ante un ciego colocarás tropiezo,° sino que tendrás temor de tu Dios. Yo, YHVH.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

No maldecirás al sordo ni pondrás tropiezos al ciego. Teme a tu Dios. Yo, Yahveh.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Al sordo no maldecirás, y delante del ciego no pondrás tropiezo, sino que tendrás temor de tu Dios: Yo soy Jehová.

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Otras versiones



Levítico 19:14
14 Referencias Cruzadas  

Al tercer día les dijo: —Yo soy un hombre temeroso de Dios. Hagan lo siguiente y salvarán su vida.


En cambio, los gobernadores que me precedieron habían impuesto cargas sobre el pueblo, y cada día les habían exigido comida y vino por un valor de cuarenta siclos de plata. También sus criados oprimían al pueblo. En cambio yo, por temor a Dios, no hice eso.


El principio de la sabiduría es el temor del Señor; buen juicio demuestran quienes cumplen sus preceptos. ¡Su alabanza permanece para siempre!


»No perviertas la justicia, ni te muestres parcial en favor del pobre o del rico, sino juzga a todos con justicia.


»Ponte de pie en presencia de los mayores. »Respeta a los ancianos. »Teme a tu Dios. Yo soy el Señor.


No se explotarán los unos a los otros, sino que temerán a su Dios. Yo soy el Señor su Dios.


Bendigan a quienes los persigan; bendigan y no maldigan.


Por tanto, dejemos de juzgarnos unos a otros. Más bien, propónganse no poner tropiezos ni obstáculos al hermano.


No hagan tropezar a nadie, ni a judíos, ni a los que no son judíos, ni a la iglesia de Dios.


«Maldito sea quien desvíe de su camino a un ciego». Y todo el pueblo dirá: «¡Amén!».


Ya que invocan como Padre al que juzga con imparcialidad las obras de cada uno, vivan con temor reverente mientras sean peregrinos en este mundo.


Den a todos el debido respeto: amen a los hermanos, teman a Dios, respeten al rey.


»Sin embargo, tengo unas cuantas cosas en tu contra: toleras ahí a los que se aferran a la doctrina de Balán, el que enseñó a Balac a poner tropiezos a los israelitas, incitándolos a comer alimentos sacrificados a los ídolos y a cometer inmoralidades sexuales.