Nuestra ciudad es la más pacífica y fiel del país, y muy importante en Israel; usted, sin embargo, intenta arrasarla. ¿Por qué quiere destruir la heredad del Señor?
Jueces 5:7 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 Los campesinos de Israel desaparecieron; desaparecieron hasta que yo me levanté. ¡Yo, Débora, me levanté como una madre en Israel! Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Las aldeas quedaron abandonadas en Israel, habían decaído, Hasta que yo Débora me levanté, Me levanté como madre en Israel. Biblia Nueva Traducción Viviente Ya quedaba poca gente en las aldeas de Israel, hasta que Débora surgió como una madre para Israel. Biblia Católica (Latinoamericana) Las aldeas estaban desiertas, estaban desiertas en Israel hasta el día en que yo, Débora, me levanté, yo que fui una madre para Israel. La Biblia Textual 3a Edicion ¡Cesaron los aldeanos,° no los había en Israel, Hasta que te pusiste en pie, Débora, Te pusiste en pie, oh madre en Israel! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Faltaban caudillos en Israel, faltaban, hasta que yo, Débora, surgí, hasta que surgí como madre de Israel. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Los aldeanos cesaron en Israel, decayeron; hasta que yo Débora me levanté, me levanté como madre en Israel. |
Nuestra ciudad es la más pacífica y fiel del país, y muy importante en Israel; usted, sin embargo, intenta arrasarla. ¿Por qué quiere destruir la heredad del Señor?
Por eso los judíos de las zonas rurales —los que viven en las aldeas—, celebran el catorce del mes de adar como día de alegría y banquete, y se hacen regalos unos a otros.
Los reyes te adoptarán como hijo y sus reinas serán tus nodrizas. Se postrarán ante ti rostro en tierra y lamerán el polvo que tú pises. Sabrás entonces que yo soy el Señor y que no quedarán avergonzados los que en mí confían».
Saluden a Rufo, distinguido creyente en el Señor, y a su madre, que ha sido también como una madre para mí.
»En los días de Samgar, hijo de Anat, en los días de Jael, los viajeros abandonaron los caminos y se fueron por sendas torcidas.
Dios eligió nuevos líderes, cuando la guerra llegó a las puertas de la ciudad, pero no se veía ni un escudo ni una lanza entre cuarenta mil hombres de Israel.