Los labios sinceros permanecen para siempre, pero la lengua mentirosa dura solo un instante.
Jueces 16:7 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 Sansón respondió: —Si se me ata con siete cuerdas de arco que todavía no estén secas, me debilitaré y seré como cualquier otro hombre. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Y le respondió Sansón: Si me ataren con siete mimbres verdes que aún no estén enjutos, entonces me debilitaré y seré como cualquiera de los hombres. Biblia Nueva Traducción Viviente Sansón respondió: —Si me ataran con siete cuerdas de arco que sean nuevas y que aún no se hayan secado, me volvería tan débil como cualquier otro hombre. Biblia Católica (Latinoamericana) Sansón le dijo: 'Si me ataran con siete cuerdas nuevas que todavía no estén secas, perdería mi fuerza y sería como un hombre cualquiera'. La Biblia Textual 3a Edicion Y Sansón le respondió: Si me atan con siete tendones° frescos que aún no estén secos, entonces me debilitaré y llegaré a ser como cualquier otro hombre. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Le dijo Sansón: 'Si me ataran con siete cuerdas de arco frescas y todavía húmedas, quedaría sin fuerza y sería como un hombre cualquiera'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y Sansón le respondió: Si me ataren con siete mimbres verdes que aún no estén secos, entonces me debilitaré, y seré como cualquiera de los hombres. |
Los labios sinceros permanecen para siempre, pero la lengua mentirosa dura solo un instante.
No va bien con los necios el lenguaje refinado ni con los gobernantes, la mentira.
¿Por qué no decir: Hagamos lo malo para que venga lo bueno?». Así nos calumnian algunos, asegurando que eso es lo que enseñamos. ¡Pero bien merecida se tienen la condenación!
Dejen de mentirse unos a otros, ahora que se han quitado el ropaje de la vieja naturaleza con sus vicios
Dalila dijo a Sansón: —¡Te burlaste de mí! ¡Me dijiste mentiras! Vamos, dime cómo se te puede atar.
Dalila dijo a Sansón: —Dime el secreto de tu tremenda fuerza, y cómo se te puede atar y dominar.
Los gobernantes de los filisteos le trajeron a ella siete cuerdas de arco que aún no se habían secado, y Dalila lo ató con ellas.
Estando unos hombres al acecho en el cuarto, ella gritó: —¡Sansón, los filisteos se lanzan sobre ti! Pero él rompió las cuerdas como quien rompe un pedazo de cuerda chamuscada. De modo que no se descubrió el secreto de su fuerza.
Entonces Saúl le reclamó a Mical: —¿Por qué me has engañado así? ¿Por qué dejaste escapar a mi enemigo? Ella respondió: —Él me amenazó con matarme si no lo dejaba escapar.
Si Aquis preguntaba: «¿Qué región saqueaste hoy?», David respondía: «La del sur de Judá»; o bien: «La del sur de Jeramel»; o «La del sur, donde viven los quenitas».