»¿Acaso dirijo mi queja a los mortales? ¿Por qué creen que pierdo la paciencia?
Jueces 16:16 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 Como todos los días lo presionaba con sus palabras y lo acosaba hasta hacerlo sentirse harto de la vida, Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Y aconteció que, presionándole ella cada día con sus palabras e importunándole, su alma fue reducida a mortal angustia. Biblia Nueva Traducción Viviente Día tras día lo estuvo fastidiando hasta que Sansón se hartó de tanta insistencia. Biblia Católica (Latinoamericana) Como siguiera molestándolo y acosándolo todos los días con la misma pregunta, creyó que se iba a morir. La Biblia Textual 3a Edicion Y sucedió que como ella lo apremiaba con sus palabras cada día, acosándolo, su alma desfalleció hasta morir. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y tanto le importunaba y le agobiaba con sus palabras día tras día que su espíritu decayó hasta sentir mortal hastío. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y aconteció que, presionándole ella cada día con sus palabras e importunándole, su alma fue reducida a mortal angustia. |
»¿Acaso dirijo mi queja a los mortales? ¿Por qué creen que pierdo la paciencia?
Pero Dios dijo a Jonás: —¿Tienes razón de enfurecerte tanto por la planta? —¡Claro que la tengo! —respondió—. ¡Me muero de rabia!
Les digo que, aunque no se levante a darle pan por ser amigo suyo, sí se levantará por su impertinencia y le dará cuanto necesite.
como esta viuda no deja de molestarme, voy a tener que hacerle justicia, no sea que con sus visitas me haga la vida imposible”».
Entonces la esposa de Sansón se tiró sobre él llorando y dijo: —¡Me odias! ¡En realidad no me amas! Le propusiste a mi pueblo una adivinanza, pero no me has dicho la solución. —Ni siquiera se la he dado a mi padre ni a mi madre —respondió él—; ¿por qué habría de dártela a ti?
Pero ella lloró los siete días que duró el banquete hasta que al fin, el séptimo día, Sansón le dio la solución, porque ella seguía insistiéndole. A su vez ella fue y reveló la solución a los de su pueblo.
Entonces ella dijo: «¿Cómo puedes decir que me amas, si no confías en mí? Ya van tres veces que te burlas de mí y aún no me has dicho el secreto de tu tremenda fuerza».
al fin se lo dijo todo. «Nunca ha pasado navaja sobre mi cabeza —le explicó—, porque soy nazareo, consagrado a Dios desde antes de nacer. Si se me afeitara la cabeza, perdería mi fuerza y llegaría a ser tan débil como cualquier otro hombre».