Que te conceda lo que tu corazón desea; que haga que se cumplan todos tus planes.
Jueces 13:23 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 Pero su esposa respondió: —Si el Señor hubiera querido matarnos, no nos habría aceptado el holocausto ni la ofrenda de cereales de nuestras manos; tampoco nos habría mostrado todas esas cosas ni anunciado todo esto. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Y su mujer le respondió: Si Jehová nos quisiera matar, no aceptaría de nuestras manos el holocausto y la ofrenda, ni nos hubiera mostrado todas estas cosas, ni ahora nos habría anunciado esto. Biblia Nueva Traducción Viviente Pero su esposa dijo: —Si el Señor hubiera querido matarnos, no habría aceptado nuestra ofrenda quemada ni nuestra ofrenda de grano. No se nos hubiera aparecido, ni habría dicho algo tan maravilloso, ni hecho estos milagros. Biblia Católica (Latinoamericana) Pero su mujer le respondió: 'Si Yavé hubiera querido que muriéramos, no habría aceptado nuestro holocausto y nuestra ofrenda. ¿Nos habría mostrado todo eso y más aún prometido lo que acabamos de escuchar?' La Biblia Textual 3a Edicion Pero su mujer le respondió: Si YHVH hubiera querido hacernos morir, no habría tomado de nuestra mano el holocausto y la ofrenda, ni nos habría mostrado estas cosas, ni nos habría anunciado en este tiempo cosa semejante. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero su mujer le respondió: 'Si Yahveh hubiera querido matarnos, no habría aceptado de nuestras manos el holocausto y la oblación, ni nos habría hecho ver todas estas cosas, ni nos habría hecho oír cosa semejante'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y su esposa le respondió: Si Jehová nos quisiera matar, no recibiría de nuestras manos el holocausto y el presente, ni nos hubiera mostrado todas estas cosas, ni ahora nos habría anunciado esto. |
Que te conceda lo que tu corazón desea; que haga que se cumplan todos tus planes.
Pero de una cosa estoy seguro: he de ver la bondad del Señor en esta tierra de los vivientes.
Dame una muestra de tu amor, para que mis enemigos la vean y se avergüencen, porque tú, Señor, me has brindado ayuda y consuelo.
Porque el Señor aborrece al perverso, pero al íntegro le brinda su amistad.
En aquel día ustedes se darán cuenta de que yo estoy en mi Padre, ustedes en mí y yo en ustedes.
Le contestó Jesús: —El que me ama obedecerá mi palabra y mi Padre lo amará; vendremos a él y haremos nuestra morada en él.
Ya no los llamo siervos, porque el siervo no está al tanto de lo que hace su amo; los he llamado amigos, porque todo lo que a mi Padre le oí decir se lo he dado a conocer a ustedes.
El ojo no puede decirle a la mano: «No te necesito». Ni puede la cabeza decirles a los pies: «No los necesito».
La mujer dio a luz un niño y lo llamó Sansón. El niño creció y el Señor lo bendijo.