Sabía Jesús que el Padre había puesto todas las cosas bajo su dominio, y que había salido de Dios y a él volvía;
Juan 16:5 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 »Ahora vuelvo al que me envió, pero ninguno de ustedes me pregunta: “¿A dónde vas?”. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Pero ahora voy al que me envió; y ninguno de vosotros me pregunta: ¿A dónde vas? Biblia Nueva Traducción Viviente »Ahora voy a aquel que me envió, y ninguno de ustedes me pregunta adónde voy. Biblia Católica (Latinoamericana) Pero ahora me voy donde Aquel que me envió, y ninguno de ustedes me pregunta adónde voy. La Biblia Textual 3a Edicion Pero ahora voy al que me envió, y ninguno de vosotros me pregunta:° ¿A dónde vas? Biblia Serafín de Ausejo 1975 'Ahora me voy al que me ha enviado y ninguno de vosotros me pregunta; '¿Adónde vas?'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Mas ahora voy al que me envió; y ninguno de vosotros me pregunta: ¿A dónde vas? |
Sabía Jesús que el Padre había puesto todas las cosas bajo su dominio, y que había salido de Dios y a él volvía;
—¿Y a dónde vas, Señor? —preguntó Simón Pedro. Jesús respondió: —Adonde yo voy, no puedes seguirme ahora, pero me seguirás más tarde.
»Ya me han oído decirles: “Me voy, pero vuelvo a ustedes”. Si me amaran, se alegrarían de que voy al Padre, porque el Padre es más grande que yo.
Algunos de sus discípulos comentaban entre sí: «¿Qué quiere decir con eso de que “dentro de poco ya no me verán”, y “un poco después volverán a verme”, y “porque voy al Padre”?».
Salí del Padre y vine al mundo; ahora dejo de nuevo el mundo y vuelvo al Padre.
»Ahora vuelvo a ti, pero digo estas cosas mientras todavía estoy en el mundo, para que tengan mi alegría en plenitud.
Yo te he glorificado en la tierra y he llevado a cabo la obra que me encomendaste.
—Voy a estar con ustedes un poco más de tiempo —afirmó Jesús—, y luego volveré al que me envió.
El Hijo refleja el brillo de la gloria de Dios y es la fiel representación de lo que él es. Él sostiene todas las cosas con su palabra poderosa. Después de llevar a cabo la purificación de los pecados, se sentó a la derecha de la Majestad en las alturas.
Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios.