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Juan 13:9 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

Simón Pedro dijo: —Entonces, Señor, ¡no solo los pies, sino también las manos y la cabeza!

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Le dijo Simón Pedro: Señor, no solo mis pies, sino también las manos y la cabeza.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

—¡Entonces, lávame también las manos y la cabeza, Señor, no solo los pies! —exclamó Simón Pedro.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Entonces Pedro le dijo: 'Señor, lávame no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Le dice Simón Pedro: ¡Señor, no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Dícele Simón Pedro: 'Señor, no solamente los pies, sino también las manos y la cabeza'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Le dijo Simón Pedro: Señor, no sólo mis pies, sino también mis manos y mi cabeza.

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Otras versiones



Juan 13:9
9 Referencias Cruzadas  

Con manos limpias e inocentes camino, Señor, en torno a tu altar,


Lávame de toda mi maldad y límpiame de mi pecado.


Purifícame con hisopo y quedaré limpio; lávame y quedaré más blanco que la nieve.


Jerusalén, limpia de maldad tu corazón para que seas salvada. ¿Hasta cuándo hallarán lugar en ti los pensamientos perversos?


Cuando Pilato vio que no conseguía nada, sino que más bien se estaba formando un tumulto, pidió agua y se lavó las manos delante de la gente. —Soy inocente de la muerte de este hombre —dijo—. ¡Allá ustedes!


—El que ya se ha bañado no necesita lavarse más que los pies —le contestó Jesús—; pues ya todo su cuerpo está limpio. Y ustedes ya están limpios, aunque no todos.


—¡No! —protestó Pedro—. ¡Jamás me lavarás los pies! Jesús contestó: —Si no te los lavo, no tendrás parte conmigo.


Acerquémonos, pues, a Dios con corazón sincero y con la plena seguridad que da la fe, interiormente purificados de una conciencia culpable y los cuerpos lavados con agua pura.


la cual simboliza el bautismo que ahora los salva también a ustedes. El bautismo no consiste en la limpieza del cuerpo, sino en el compromiso de tener una buena conciencia delante de Dios. Esta salvación es posible por la resurrección de Jesucristo,