Conmovido por la presencia de su hermano y no pudiendo contener el llanto, José salió de prisa. Entró en su habitación y allí se echó a llorar.
Juan 11:35 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 Jesús lloró. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Jesús lloró. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces Jesús lloró. Biblia Católica (Latinoamericana) Y Jesús lloró. La Biblia Textual 3a Edicion Jesús lloró. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Jesús rompió a llorar. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Jesús lloró. |
Conmovido por la presencia de su hermano y no pudiendo contener el llanto, José salió de prisa. Entró en su habitación y allí se echó a llorar.
¿Acaso no he llorado por los que sufren? ¿No me he condolido por los pobres?
Despreciado y rechazado por los hombres, varón de dolores, habituado al sufrimiento. Todos evitaban mirarlo; fue despreciado y no lo estimamos.
Si ellos se angustiaban, él también se angustiaba; el ángel de su presencia los salvó. En su amor y misericordia los rescató; los levantó y los llevó en los tiempos de antaño.
Pero si ustedes no obedecen, lloraré en secreto por causa de su orgullo; mis ojos llorarán amargamente y se desharán en lágrimas, porque el rebaño del Señor será llevado al cautiverio.
»Tú les dirás lo siguiente: »“Que mis ojos derramen lágrimas día y noche, sin cesar, porque la virginal hija de mi pueblo ha sufrido una herida terrible, un golpe muy duro.
¡Ojalá mi cabeza fuera un manantial y mis ojos una fuente de lágrimas, para llorar de día y de noche por los muertos de mi pueblo!
»Todo esto me hace llorar; mis ojos se inundan de lágrimas. No tengo cerca a nadie que me consuele; no tengo a nadie que me reanime. Mis hijos quedaron abandonados porque el enemigo salió victorioso».
Como la gente lo escuchaba, pasó a contarles una parábola, porque estaba cerca de Jerusalén y la gente pensaba que el reino de Dios iba a manifestarse en cualquier momento.
Al ver llorar a María y a los judíos que la habían acompañado, Jesús se turbó y se conmovió profundamente.
Porque no tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que ha sido tentado en todo de la misma manera que nosotros, aunque sin pecado.