«Me di a conocer a los que no preguntaban por mí; dejé que me hallaran los que no me buscaban. A una nación que no invocaba mi nombre, dije: “¡Aquí estoy, aquí estoy!”.
Juan 1:43 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 Al día siguiente, Jesús decidió salir hacia Galilea. Se encontró con Felipe y lo llamó: «Sígueme». Más versionesBiblia Reina Valera 1960 El siguiente día quiso Jesús ir a Galilea, y halló a Felipe, y le dijo: Sígueme. Biblia Nueva Traducción Viviente Al día siguiente, Jesús decidió ir a Galilea. Encontró a Felipe y le dijo: «Ven, sígueme». Biblia Católica (Latinoamericana) Al día siguiente Jesús resolvió partir hacia Galilea. Se encontró con Felipe y le dijo: 'Sígueme. La Biblia Textual 3a Edicion Al día siguiente quiso salir hacia Galilea, y halla a Felipe; y Jesús le dice: Sígueme. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Al día siguiente, Jesús determinó salir para Galilea. Se encuentra con Felipe y le dice: 'Sígueme'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) El siguiente día quiso Jesús ir a Galilea, y halló a Felipe, y le dijo: Sígueme. |
«Me di a conocer a los que no preguntaban por mí; dejé que me hallaran los que no me buscaban. A una nación que no invocaba mi nombre, dije: “¡Aquí estoy, aquí estoy!”.
Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo, el recaudador de impuestos; Santiago, hijo de Alfeo, y Tadeo;
Al irse de allí, Jesús vio a un hombre llamado Mateo, sentado a la mesa de recaudación de impuestos. «Sígueme» —dijo Jesús. Y Mateo se levantó y lo siguió.
Porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.
Todo esto sucedió en Betania, al otro lado del río Jordán, donde Juan estaba bautizando.
Al día siguiente, Juan vio a Jesús que se acercaba a él y dijo: «¡Aquí tienen al Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo!
Estos se acercaron a Felipe, que era de Betsaida de Galilea, y le pidieron: —Señor, queremos ver a Jesús.
Esta primera señal milagrosa la hizo Jesús en Caná de Galilea. Así reveló su gloria y sus discípulos creyeron en él.
Cuando Jesús alzó la vista y vio una gran multitud que venía hacia él, dijo a Felipe: —¿Dónde vamos a comprar pan para que coma esta gente?
—Ni con el salario de más de seis meses de trabajo podríamos comprar suficiente pan para darle un pedazo a cada uno —respondió Felipe.
No es que ya lo haya conseguido todo o que ya sea perfecto. Sin embargo, sigo adelante esperando alcanzar aquello para lo cual Cristo Jesús me alcanzó a mí.