«Encontramos la cárcel cerrada, con todas las medidas de seguridad, y a los guardias firmes a las puertas; pero cuando abrimos, no encontramos a nadie adentro».
Josué 2:7 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 Los hombres del rey fueron tras los espías por el camino que lleva a los cruces del río Jordán. En cuanto salieron, las puertas de Jericó se cerraron. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Y los hombres fueron tras ellos por el camino del Jordán, hasta los vados; y la puerta fue cerrada después que salieron los perseguidores. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces los hombres del rey buscaron a los espías por todo el camino que lleva a los vados del río Jordán. Y justo después que los hombres del rey se fueron, cerraron la puerta de Jericó. Biblia Católica (Latinoamericana) La gente se lanzó en su persecución en dirección al Jordán, hacia el lado de los vados, y apenas salieron, se cerró la puerta de la ciudad. La Biblia Textual 3a Edicion Así pues, aquellos hombres fueron en pos de ellos camino del Jordán, hasta los vados; y tan pronto como los perseguidores hubieron salido, se cerraron las puertas. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Salieron algunos hombres en su persecución camino del Jordán, hacia los vados. Apenas salieron los perseguidores, se cerró la puerta de la ciudad. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y los hombres fueron tras ellos por el camino del Jordán, hasta los vados; y la puerta fue cerrada después que salieron los que tras ellos iban. |
«Encontramos la cárcel cerrada, con todas las medidas de seguridad, y a los guardias firmes a las puertas; pero cuando abrimos, no encontramos a nadie adentro».
Salieron cuando empezó a oscurecer, a la hora de cerrar las puertas de la ciudad, y no sé a dónde se fueron. Vayan tras ellos; tal vez les den alcance».
En realidad, la mujer había llevado a los hombres al techo de la casa y los había escondido entre los manojos de lino que allí secaba.
Los galaaditas ocuparon los cruces del Jordán que conducen a Efraín, y cada vez que algún sobreviviente de Efraín decía: «Déjenme cruzar», los hombres de Galaad preguntaban: «¿Eres de la tribu de Efraín?». Si él contestaba: «No»,
«Síganme —les ordenó—, porque el Señor ha entregado en manos de ustedes a sus enemigos los moabitas». Bajaron con él y, tomando posesión de los cruces del Jordán que conducían a Moab, no dejaron pasar a nadie.